Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de octubre, 2014

La lección del amor

Una mujer muy correcta se acercó a mí al terminar una conferencia. Ya sabrán ustedes lo que quiero decir con <<correcta>>: su peinado era impecable, su ropa combinada a la perfección, etcétera. <<El año pasado asistí a uno de sus seminarios –me dijo-. De regreso a mi casa, no podía dejar de pensar en mi hijo de dieciocho años. Todas las noches, cuando volvía a casa, lo encontraba sentado en la cocina con una camiseta gastada y horrible, regalo de una de sus amigas. Siempre temía que, si los vecinos lo veían, pensarían que no podíamos vestir a nuestros hijos de forma adecuada. <<Él simplemente se quedaba allí, sentado con sus amigos. –Cuando aquella mujer dijo “amigos”, su rostro reflejó su desagrado-. Todas las noches lo reñía, sobre todo por aquella camiseta. Una cosa lleva a otra y… Bien, ésa era nuestra relación. <<Pensé en el ejercicio sobre el final de la vida que realizamos en el seminario. Me di cuenta de que la vida es un regalo, un regalo

El miedo para sobrevivir y el miedo que entorpece tu vida

Psict. Diana Loyo Rodríguez Maestría en Psicoterapia Infantil Especialidad en Terapia de Pareja Cuando llega un asaltante con cuchillo en mano o pistola, lo más natural–a menos que seas Bruce Lee- es tener miedo y no hacer algo “heroico” por salvar tus pertenencias. Ese es un miedo que preserva la vida. Si en tu trabajo te ofrecen ir te a otro lugar con mejoras en las condiciones laborales y no aceptas porque –aunque quieres ir- piensas “no sé qué haría allá” “no conozco lo que me espera”. Ese es un miedo que entorpece la vida. Si siendo niño y llega tu papá alcoholizado y sabes que cuando llega le gusta tirar golpes, seguramente te esconderás. Ese es un miedo que preserva la vida. Si te gusta una chava y no puedes decírselo por miedo a que te diga que no. Ese es un miedo que entorpece la vida. El miedo es una sensación de angustia ante un peligro real o imaginario…lo imaginario en la mente se convierte en algo real, tanto que los cambios en el cuerpo pueden ser medi

La lección de la pérdida

Un estudiante de psicología que estaba terminando la carrera se debatía interiormente debido a la perdida que supondría la muerte de su abuelo, el cual había contribuido a su educación y estaba gravemente enfermo. Según dijo, parte de su conflicto residía en la decisión de aplazar su último año de estudios para pasar más tiempo con él. Pero también se sentía impelido a terminar la carrera en aquel momento, porque estaba aprendiendo mucho sobre de la vida. — Lo que estoy aprendiendo ahora en la facultad — explicó — , me está ayudando de verdad a crecer como persona. — Si quieres crecer como persona y aprender, debes darte cuenta de que el universo te ha matriculado en un curso de posgrado de la vida llamado “pérdida” — le respondí. Al final perdemos todo lo que tenemos; sin embargo, lo que de verdad importa no se pierde nunca. Nuestras casas, coches, empleos y dinero, nuestra juventud e incluso nuestros seres queridos son solo un préstamo. Como todo lo demás, nuestros se

La despedida y la transformación

El duelo El concepto de duelo forma parte también del proceso amoroso. Continuamente se hacen duelos. Todo proceso implica cambios; los cambios implican pérdidas, cosas que dejas y, por lo tanto, despedidas y duelo, dolor. Aceptar la transformación del enamoramiento idealizado a la vivencia de un amor con realismo implica un duelo. Las crisis de pareja son situaciones de duelo: algo se rompe, algo se deja atrás en cada una de ellas.   Pero los duelos ayudan también, no solo a cancelar cosas sino a cambiar y a disponerse para los cambios. Todo duelo implica cancelaciones y generalmente un cierto sufrimiento. El desamor, como todo cambio, tiene unos ritmos, como comentaba anteriormente. Puede suceder como el enamoramiento- de forma rápida, bruscamente, de forma lenta, poco a poco, unidireccional o bidireccional. Evidentemente es más llevadero en este último caso, y además, cuando se da lentamente, con tiempo para asumirlo e integrarlo. Pero difícilmente hay esa sincronía