Afortunadamente no somos esclavos de nuestros sentidos: alucinar es conveniente para sobrevivir Para que sobrevivamos poco importa que nuestros sentidos sean capaces de registrar toda la realidad. Lo importante es que el modelo de realidad que genera nuestro cerebro nos funcione en la vida cotidiana. Las lagunas ya las rellenaremos con fantasías. En este sentido, percibir la realidad o imaginármela no es tan diferente como parece. Cuando vemos una cara se activa la misma área cerebral que cuando la imaginamos. Entonces ¿cómo sabe el cerebro que estoy viendo una cara realmente y cuándo la estoy imaginando? Este problema es aplicable a cualquier cosa de ahí afuera, no sólo a las caras. Las alucinaciones han acompañado al ser humano desde siempre. Sin embargo, poseer un sistema ajustado de modo que las señales sensoriales dominen siempre nuestra experiencia no es lo más acertado. Las señales sensoriales son demasiado poco fiables. Pero lo más importante es que este predominio ...