Leny Cortés
Desde el enfoque relacional es importante considerar las diferentes interacciones que inciden en el comportamiento de la persona, las que se dan entre ella y los miembros de su familia, las que se establecen entre los miembros de la familia, el rol que cada uno ocupa, su forma de relacionarse hacia el mundo exterior (trabajo, amigos, escuela, etc.) y el contexto sociocultural e histórico en que se ha desenvuelto su historia de vida.
En este sentido, cuando la persona se involucra en un proceso terapéutico, viene con ella todo ese bagaje contextual. Además, el proceso de transformación que se va dando como resultado de la intervención terapéutica va a tener un impacto sobre el medio en que la persona se mueve, ya que se espera que exista un cambio en el tipo y calidad de sus interacciones. Aunque esta transformación implica una mejoría en la manera en que la persona interactúa con el mundo, puede ocasionar cierta inestabilidad en el campo o sistema en que ella se desarrolla (familia, por ejemplo) el cual puede reaccionar de tal manera que, en un momento dado pueda ocasionar a que la persona en terapia dude de lo provechoso de su transformación. Ella está en terapia, pero comúnmente no es así para los que la rodean, el nivel de conciencia que se va adquiriendo, el cambio en el sentido de responsabilidad, que implica hacerse responsable de la propia vida, aprender amar de manera auténtica, no sólo a los otros sino a sí misma, provoca en los otros reacciones tanto positivas como negativas. Es por ello que aún cuando sólo sea un miembro del núcleo familiar el que esté en terapia es importante que el terapeuta tome en cuenta estos elementos durante la intervención, para que el paciente adquiera conciencia de lo que está sucediendo a su alrededor y la manera en que su proceso impacta, reconocerlo e ir trabajando también en ser sensible ante lo que los otros pueden estar viviendo junto a ella, para en lo posible reaccionar de manera asertiva ante las presiones exteriores (si es que se presentan).
No podemos considerar a la persona como un individuo aislado de su contexto social. Especialmente porque no se busca que la terapia sea una forma para que la persona se “adapte” al medio, sino que ella pueda ir encontrando formas diferentes y más auténticas de vida que la ayuden a ser más feliz y plena, y en ello está entonces que su medio aprenda a aceptar gradualmente su proceso así como ella a su medio.
entro de Estudios e Investigación Guestálticos. Comentarios: investigación@cesigue.edu.mx
Desde el enfoque relacional es importante considerar las diferentes interacciones que inciden en el comportamiento de la persona, las que se dan entre ella y los miembros de su familia, las que se establecen entre los miembros de la familia, el rol que cada uno ocupa, su forma de relacionarse hacia el mundo exterior (trabajo, amigos, escuela, etc.) y el contexto sociocultural e histórico en que se ha desenvuelto su historia de vida.
En este sentido, cuando la persona se involucra en un proceso terapéutico, viene con ella todo ese bagaje contextual. Además, el proceso de transformación que se va dando como resultado de la intervención terapéutica va a tener un impacto sobre el medio en que la persona se mueve, ya que se espera que exista un cambio en el tipo y calidad de sus interacciones. Aunque esta transformación implica una mejoría en la manera en que la persona interactúa con el mundo, puede ocasionar cierta inestabilidad en el campo o sistema en que ella se desarrolla (familia, por ejemplo) el cual puede reaccionar de tal manera que, en un momento dado pueda ocasionar a que la persona en terapia dude de lo provechoso de su transformación. Ella está en terapia, pero comúnmente no es así para los que la rodean, el nivel de conciencia que se va adquiriendo, el cambio en el sentido de responsabilidad, que implica hacerse responsable de la propia vida, aprender amar de manera auténtica, no sólo a los otros sino a sí misma, provoca en los otros reacciones tanto positivas como negativas. Es por ello que aún cuando sólo sea un miembro del núcleo familiar el que esté en terapia es importante que el terapeuta tome en cuenta estos elementos durante la intervención, para que el paciente adquiera conciencia de lo que está sucediendo a su alrededor y la manera en que su proceso impacta, reconocerlo e ir trabajando también en ser sensible ante lo que los otros pueden estar viviendo junto a ella, para en lo posible reaccionar de manera asertiva ante las presiones exteriores (si es que se presentan).
No podemos considerar a la persona como un individuo aislado de su contexto social. Especialmente porque no se busca que la terapia sea una forma para que la persona se “adapte” al medio, sino que ella pueda ir encontrando formas diferentes y más auténticas de vida que la ayuden a ser más feliz y plena, y en ello está entonces que su medio aprenda a aceptar gradualmente su proceso así como ella a su medio.
entro de Estudios e Investigación Guestálticos. Comentarios: investigación@cesigue.edu.mx
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