Lic. Gustavo Bello.
Jefe del Departamento de Relaciones Públicas y Vinculación
En toda empresa existen elementos que son de suma importancia, independientemente del giro de la misma. Si hablamos de una institución educativa, el área académica será el eje principal y las demás áreas trabajan para dar servicio a esta, así, contabilidad, administración, mantenimiento, entre otras, ayudan al buen funcionamiento de la institución. Desgraciadamente muchas veces se le da importancia al área sin tomar en cuenta que sea cuales fueran las funciones, siempre las van a desempeñar personas y a veces son en las últimas en las que pensamos.
Lo ideal es que el área de Recursos Humanos la lleve un administrador el cual está capacitado para administrar de forma eficiente esta área que realiza diferentes funciones. Aquí es donde comienza el proceso de administración de recursos humanos; siendo el primer paso la planeación de los mismos que es el proceso por el cual la administración se asegura de que tiene el personal correcto, que es capaz de terminar aquellas actividades que ayudan a la organización a alcanzar sus objetivos. Para lograr lo anterior es necesario y fundamental realizar el análisis, descripción y especificaciones del puesto. Esto es indispensable porque a la hora de que el administrador comience con el reclutamiento, debe tener bien claro qué perfil necesita para cubrir dichos puestos. Posteriormente en la selección filtrará a los solicitantes para estar seguro de contratar a los candidatos idóneos y así en la capacitación se cubran los objetivos planeados con el fin de poder implementar una evaluación acorde a las necesidades del puesto. En teoría, éste es el proceso ideal de la administración de recursos humanos con lo que los teóricos aseguran el éxito del departamento, pero ¿realmente se lleva a cabo en todas las empresas? ¿El departamento de recursos humanos es indispensable? ¿Quien se encarga del reclutamiento, selección, capacitación y evaluación es un administrador? Estas y más preguntas que podemos hacernos nos llevan a pensar que en la práctica diaria y sobre todos en micro y pequeñas empresas no siempre existen estas funciones, la pregunta más importante sería ¿realmente consideramos al factor humano como pieza clave dentro de la empresa?
Cuando hablamos cotidianamente acerca de las familias una frase común que utilizamos es “los hijos son el reflejo de los padres” pero hablando de empresas podríamos traducirlo como “los empleados son el reflejo de la empresa”. Muchas veces nos pasa que vamos a una tienda de autoservicio y cuando preguntamos por algún producto o algún departamento en específico nos mandan de un lugar a otro o simplemente no responden con un no sé. O llegamos a una oficina y están comiendo o viendo la tele y pasamos a segundo termino cuando están haciendo otras actividades. Esto es la imagen que proyecta la empresa, falta de respeto, falta de interés, poca atención y así infinidad de conceptos. Contrario cuando llegamos a un lugar y nos hacen sentir cómodos y a gusto, ésto se debe a que el personal que está laborando en la empresa realmente es el indicado para el puesto y que el trabajo interno se lleva a cabo de manera administrada, donde las relaciones públicas internas juegan un papel fundamental para el cumplimientos de los objetivos de la empresa.
Las relaciones públicas se encargan de generar y mantener una imagen favorable de la empresa tanto en sus públicos externos, todos aquellos que no están en el organigrama, como en sus públicos internos. Es en estos últimos donde debemos hacer hincapié en el trabajo de relaciones públicas.
Normalmente hablamos de relaciones públicas con públicos externos como clientes, gobiernos, comunidad, medios de comunicación entre otros, pero el mayor trabajo se comienza en casa o desde adentro de la empresa ya que serán estos los que reflejaran los valores, compromisos, y en general la imagen que queremos proyectar. Si tenemos personal molesto por las políticas internas, desempeñando puestos con una mala capacitación, trabajando en espacios inadecuados, con poca o nula información acerca de la misión, visión y objetivos de la empresa, esto se reflejará ante el exterior; de esta manera se podrá tener las mejores instalaciones, una campaña publicitaria exitosamente persuasiva, precios competitivos, etc. pero si el factor humano no está realmente comprometido se reflejará a inmediatamente. Sí es cierto que las relaciones públicas internas no solucionarán problemas básicos de las relaciones laborales como salarios, prestaciones, seguridad social o instalaciones adecuadas, pero es una herramienta de mediación importante.
Para que se lleve a cabo esta unión, la comunicación interna dentro de la empresa adquiere un rol fundamental. Todos nos comunicamos de una u otra manera. Cada palabra, mensaje, imagen, acción u omisión deja huella en la mente de los empleados. Es necesario generar mecanismos de gestión que permitan optimizar la comunicación entre la empresa y sus distintos públicos internos.
Un proceso de comunicación eficiente requiere de la creación de un medio que posibilite la correcta retroalimentación, que al desarrollar cualquier tipo de acción, permita conocer los deseos y necesidades del factor humano. Está claro aquí que se debe utilizar algo más que el típico buzón de quejas y sugerencias, fomentando así efectivos canales de vinculación.
Sólo se podrá obtener un verdadero compromiso de los empleados, en el momento en que éstos se sientan plenamente identificados con la realidad empresarial. Para ello se debe denotar los objetivos de la empresa y comunicar integralmente la visión y valores a todos los miembros de la organización.
El proceso de comunicación interna de una organización es un conjunto integral, aplicado mediante acciones que se orientan sinérgicamente hacia la totalidad de los públicos internos. Para ello se deberá prever la utilización de distintos soportes, de acuerdo a cada situación en particular.
Las comunicaciones internas bien formuladas promueven la cooperación, la unión y las simpatías dentro de una situación real; sumando importancia en la gestión de tareas y el reconocimiento de las realidades de cada individuo y de su grupo de trabajo.
La inexistencia de estrategias de comunicación interna, la falta de canales o una pobre utilización de los mismos provocan estancamiento en las gestiones, procesos, acciones y relaciones. Es corriente la gestión de información, más no de comunicación, en las empresas.
Ahora qué hacer al respecto. Una efectiva gestión de la comunicación interna debe comenzar por la pirámide de la organización. El primero en comprometerse con la realidad debe ser la cabeza de la empresa. Algunos consejos que pueden ayudar a instaurar un modelo eficiente son:
1.- Escucha activa: creación de formatos de vinculación entre la empresa y el recurso humano.
2.- Monitoreo: conocer el clima interno de su organización.
3.- Información: dar a conocer los valores de su empresa y las principales novedades.
4.- Flexibilidad: adoptar un lenguaje correcto pero agradable.
5.- Creatividad: ser innovador en los métodos de evaluación y en los soportes utilizados.
Conclusiones
La identidad de la empresa viaja por los caminos de las relaciones internas y se extienden hacia el exterior. Cada nivel de relación trasmite mensajes y experiencias que suman a la hora de definir la imagen corporativa de cada empresa y su identidad. Estas percepciones no sólo se anidan fuera de la empresa, por el contrario tienen mayor incidencia dentro de la comunidad interna.
Pero finalmente lo más importante es proporcionar escenarios de relación saludables, acogedores y ricos para la realización personal y profesional, el entendimiento y satisfacción entre públicos y sobre todo un campo de la productividad. Unas relaciones internas estratégicas, pertinentes e incluyentes dan sencillez a las dinámicas propias de una compañía y dan un toque trascendentalmente positivo al ambiente de trabajo y a la cotidianidad social y laboral.
El mayor capital de las empresas en el Siglo XXI esta dado por su capital humano. Cuidar y respetar a sus empleados, escucharlos atentamente, ya que en muchos casos pueden aportar importantes herramientas para la gestión organizacional. El éxito en la gestión humana se asienta sobre el reconocimiento activo y valoración del factor humano.
Bibliografía
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Bonilla Gutiérrez, Carlos. LA COMUNICACIÓN: FUNCIÓN BÁSICA DE LAS RELACIONES PÚBLICAS. Trillas
Diego Fernández Sotelo, José Luis. LA COMUNICACIÓN EN LAS RELACIONES HUMANAS Trillas
Gordoa , Víctor. EL PODER DE LA IMAGEN PÚBLICA. Edamex
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