Soñar despierto es un componente crítico de la experiencia consciente. La mente puede hacer viajes mentales en el tiempo – ocasionalmente se aleja del momento presente para recordar una experiencia del pasado reciente o remoto o para imaginar un evento que aún no ha sucedido. Sabemos que pensar en el futuro depende de la memoria, porque pacientes con amnesia no pueden imaginar experiencias nuevas. Implica unir fragmentos de experiencias pasadas para generar una simulación plausible de lo que pudiera suceder. Este puede haber sido un desarrollo importante en la evolución humana ya que nos permite anticipar un posible resultado o planear el mejor curso de acción posible.
El espacio y el tiempo están vinculados íntimamente en la mente y esto se refleja en nuestras metáforas. A menudo decimos que pensamos hacia atrás a un evento pasado o que vemos hacia adelante a uno que sucederá en el futuro. Pero la mente y el cuerpo también están estrechamente vinculados. Piensa en una experiencia pasada y es posible que te muevas hacia atrás. Un nuevo estudio sugiere que eso se puede invertir, demostrando que el movimiento aparente puede influenciar la dirección de las andanzas de la mente. Así, moverse hacia atrás puede evocar recuerdos perdidos, mientras que moverse hacia adelante puede hacer que pienses en el futuro.
El Psicólogo Lynden Miles y sus colegas del Laboratorio de Cognición Social de la Universidad de Aberdeen reclutaron a 26 estudiantes y les dijeron que el experimento estaba diseñado para investigar el estado de vigilancia en un ambiente dinámico. Se les pidió a los participantes que se sentaran frente a una pantalla en la que se les mostró un patrón animado que consistía en cerca de mil puntos blancos colocados al azar sobre un fondo negro. Para un grupo de participantes, los puntos se movían hacia el centro de la pantalla para simular un movimiento hacia delante. Para el otro grupo, los puntos se movían en dirección opuesta, dando la impresión de un movimiento hacia atrás.
Se les pidió a los participantes que monitorearan estas imágenes animadas para buscar blancos específicos y se les dijo que hicieran clic con el ratón cuando detectaran uno de los blancos, pero que no lo hicieran cuando vieran el otro blanco. Pero los blancos designados eran escasos, sólo aparecían seis veces durante un intervalo de seis minutos. La tarea estaba diseñada para ser mundana con el objeto de incrementar la posibilidad de que los pensamientos de los participantes vagaran mientras ejecutaban la tarea.
Después se les preguntó a los participantes si habían experimentado cualquier pensamiento no relacionado mientras observaban las imágenes. A los 25 que reportaron que habían soñado despiertos durante la tarea se les pidió que desecharan aquellos pensamientos que estaban anclados en el momento presente, y que consideraran sólo aquéllos relacionados con el pasado o el futuro. Entonces se les pidió que indicaran la proporción de ensoñaciones relacionadas con el pasado o el futuro en una línea horizontal. Si, por ejemplo, sus pensamientos consistieron únicamente de ensoñaciones relacionadas con el pasado, debería marcar el extremo izquierdo de la escala.
Notablemente, se encontró que la dirección del movimiento ilusorio de las imágenes animadas modulaban la dirección del los viajes mentales de los participantes. Aquellos participantes que habían visto las animaciones con el movimiento aparente hacia atrás reportaron que las ensoñaciones que experimentaron consistieron principalmente, o únicamente, en recuerdos del pasado, mientras que aquellos que vieron la animación con el movimiento aparente hacia delante reportaron pensamientos relacionados con el futuro. Las animaciones usadas en el estudio produjeron un sentido ilusorio de movimiento, así es que los movimientos reales podrían tener un efecto más fuerte.
El mes pasado, investigadores holandeses reportaron que el movimiento corporal influencia el contenido emocional de memorias recordadas, y Miles y sus colegas han demostrado anteriormente que el viaje mental en el tiempo está asociado con los movimientos físicos a través del espacio. En un estudio publicado en enero, mostraron que los pensamientos del pasado están vinculados con movimientos hacia atrás y que los pensamientos del futuro con movimientos hacia delante. Los nuevos descubrimientos muestran que lo inverso también es cierto: el movimiento aparente a través del espacio influyó en el enfoque temporal de los pensamientos de los participantes. Todo esto sugiere que la capacidad del viaje mental en el tiempo está firmemente cimentada en las representaciones físicas del espacio, y que la relación entre las dos es recíproca y bi-direccional.
La manera cómo la mente integra los conceptos abstractos del tiempo y las representaciones concretas del espacio pueden estar influenciadas por factores culturales. Cuando se hace un mapeo del tiempo en el espacio, a menudo pensamos en eventos que aún no han ocurrido como si estuvieran frente al cuerpo, mientras que se piensa en aquellos que ya han pasado como si estuvieran atrás. Esto se ve reflejado un metáforas como ver hacia adelante, pero ésto no es cierto para todos. En el grupo étnico de los Aymara de las regiones de los Andes y del Altiplano de América del Sur, por ejemplo, las relaciones mentales entre el espacio y el tiempo son a la inversa. Convencionalmente los oradores Aymara se refieren a los eventos pasados (o conocidos) como si estuvieran localizados hacia delante y a los eventos futuros (o desconocidos) como si estuvieran hacia atrás, así es que la manera como los movimientos influencian la dirección de los viajes mentales en el tiempo también puede estar invertida.
Fuente: sciencblogs, 27 de mayo de 2010 por Mo.
Traducción: Alfredo Amescua Villela
El espacio y el tiempo están vinculados íntimamente en la mente y esto se refleja en nuestras metáforas. A menudo decimos que pensamos hacia atrás a un evento pasado o que vemos hacia adelante a uno que sucederá en el futuro. Pero la mente y el cuerpo también están estrechamente vinculados. Piensa en una experiencia pasada y es posible que te muevas hacia atrás. Un nuevo estudio sugiere que eso se puede invertir, demostrando que el movimiento aparente puede influenciar la dirección de las andanzas de la mente. Así, moverse hacia atrás puede evocar recuerdos perdidos, mientras que moverse hacia adelante puede hacer que pienses en el futuro.
El Psicólogo Lynden Miles y sus colegas del Laboratorio de Cognición Social de la Universidad de Aberdeen reclutaron a 26 estudiantes y les dijeron que el experimento estaba diseñado para investigar el estado de vigilancia en un ambiente dinámico. Se les pidió a los participantes que se sentaran frente a una pantalla en la que se les mostró un patrón animado que consistía en cerca de mil puntos blancos colocados al azar sobre un fondo negro. Para un grupo de participantes, los puntos se movían hacia el centro de la pantalla para simular un movimiento hacia delante. Para el otro grupo, los puntos se movían en dirección opuesta, dando la impresión de un movimiento hacia atrás.
Se les pidió a los participantes que monitorearan estas imágenes animadas para buscar blancos específicos y se les dijo que hicieran clic con el ratón cuando detectaran uno de los blancos, pero que no lo hicieran cuando vieran el otro blanco. Pero los blancos designados eran escasos, sólo aparecían seis veces durante un intervalo de seis minutos. La tarea estaba diseñada para ser mundana con el objeto de incrementar la posibilidad de que los pensamientos de los participantes vagaran mientras ejecutaban la tarea.
Después se les preguntó a los participantes si habían experimentado cualquier pensamiento no relacionado mientras observaban las imágenes. A los 25 que reportaron que habían soñado despiertos durante la tarea se les pidió que desecharan aquellos pensamientos que estaban anclados en el momento presente, y que consideraran sólo aquéllos relacionados con el pasado o el futuro. Entonces se les pidió que indicaran la proporción de ensoñaciones relacionadas con el pasado o el futuro en una línea horizontal. Si, por ejemplo, sus pensamientos consistieron únicamente de ensoñaciones relacionadas con el pasado, debería marcar el extremo izquierdo de la escala.
Notablemente, se encontró que la dirección del movimiento ilusorio de las imágenes animadas modulaban la dirección del los viajes mentales de los participantes. Aquellos participantes que habían visto las animaciones con el movimiento aparente hacia atrás reportaron que las ensoñaciones que experimentaron consistieron principalmente, o únicamente, en recuerdos del pasado, mientras que aquellos que vieron la animación con el movimiento aparente hacia delante reportaron pensamientos relacionados con el futuro. Las animaciones usadas en el estudio produjeron un sentido ilusorio de movimiento, así es que los movimientos reales podrían tener un efecto más fuerte.
El mes pasado, investigadores holandeses reportaron que el movimiento corporal influencia el contenido emocional de memorias recordadas, y Miles y sus colegas han demostrado anteriormente que el viaje mental en el tiempo está asociado con los movimientos físicos a través del espacio. En un estudio publicado en enero, mostraron que los pensamientos del pasado están vinculados con movimientos hacia atrás y que los pensamientos del futuro con movimientos hacia delante. Los nuevos descubrimientos muestran que lo inverso también es cierto: el movimiento aparente a través del espacio influyó en el enfoque temporal de los pensamientos de los participantes. Todo esto sugiere que la capacidad del viaje mental en el tiempo está firmemente cimentada en las representaciones físicas del espacio, y que la relación entre las dos es recíproca y bi-direccional.
La manera cómo la mente integra los conceptos abstractos del tiempo y las representaciones concretas del espacio pueden estar influenciadas por factores culturales. Cuando se hace un mapeo del tiempo en el espacio, a menudo pensamos en eventos que aún no han ocurrido como si estuvieran frente al cuerpo, mientras que se piensa en aquellos que ya han pasado como si estuvieran atrás. Esto se ve reflejado un metáforas como ver hacia adelante, pero ésto no es cierto para todos. En el grupo étnico de los Aymara de las regiones de los Andes y del Altiplano de América del Sur, por ejemplo, las relaciones mentales entre el espacio y el tiempo son a la inversa. Convencionalmente los oradores Aymara se refieren a los eventos pasados (o conocidos) como si estuvieran localizados hacia delante y a los eventos futuros (o desconocidos) como si estuvieran hacia atrás, así es que la manera como los movimientos influencian la dirección de los viajes mentales en el tiempo también puede estar invertida.
Fuente: sciencblogs, 27 de mayo de 2010 por Mo.
Traducción: Alfredo Amescua Villela
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