Marsha Lucas, PHD, 19 de mayo de 2010
Un nuevo estudio revela que “la exposición a la televisión a la edad de dos años pronostica consecuencias negativas para los niños, que van desde un pobre ajuste a la escuela hasta hábitos poco saludables”. Una conclusión “pobre” sería que ver la televisión causa estos problemas. Dada la importancia que tiene la comunicación en vivo, de persona a persona para el bienestar y, por otra parte, dado que los padres de los niños que ven más televisión pueden estar ellos mismos comprometidos en acciones que no promueven el bienestar, es difícil “concluir” que la televisión en sí es la culpable sino más bien que las elecciones de vida y de situaciones que incluyen más tiempo de televisión lo son.
Para resumir: Si más televisión significa una conexión menos sintonizada y saludable entre el niño y los padres, va a haber problemas más adelante.
Science Daily (8 de mayo de 2010) - ¿Quieres que tus hijos sean más listos y más delgados? Mantenlos alejados de la televisión cuando son pequeños. Un estudio impactante hecho por expertos infantiles de la Universidad de Montreal, el Centro de Investigaciones del Hospital Sainte-Justine y la Universidad de Michigan, publicado en “Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine”, ha encontrado que la exposición a la televisión a la edad de dos años pronostica consecuencias negativas para los niños que van desde un pobre ajuste a la escuela hasta hábitos poco saludables. “Encontramos que la exposición de cada hora adicional de televisión entre los infantes correspondió a una disminución futura en la participación en clases y al éxito en las matemáticas, a una mayor victimización por parte de los compañeros, a tener un estilo de vida más sedentario, a un mayor consumo de comida chatarra y finalmente a un mayor índice de masa corporal”, dice la autora que encabezó el estudio. la Dra. Linda S. Pagani, profesora de psicología social en la Universidad de Montreal e investigadora del Centro de Investigaciones del Hospital Sainte-Justine.
La meta del estudio era determinar el impacto de la exposición a la televisión a la edad de dos años en el éxito académico a futuro, la elección de estilos de vida y el bienestar general entre los niños. “Entre las edades de dos a cuatro años, el incremento en la exposición a la televisión demoró el desarrollo,” dice la Dra. Pagani.
Un total de 1, 314 niños tomaron parte en la investigación, que es parte del Estudio Longitudinal del Desarrollo Infantil, Principales Exposiciones de Quebec. Se les pidió a los padres que reportaran qué tanto tiempo vieron televisión sus hijos a las edades de 29 y 53 meses. A los maestros se les pidió evaluar los hábitos académicos, psicosociales y de salud, mientras que el índice de masa corporal (BMI) se midió a la edad de 10 años.
La primera infancia es un periodo crítico para el desarrollo del cerebro y la formación de la conducta”, advierte la Dra. Pagani, “Altos niveles de consumo de televisión durante este periodo pueden conducir a hábitos poco saludables en el futuro. A pesar de las recomendaciones de la Academia de Pediatría Americana que sugiere menos de dos horas diarias de televisión al día – después de la edad de dos años – los padres muestran poco conocimiento y consciencia de esos lineamientos de exposición a la TV”.
De acuerdo a la investigación ver mucha televisión como infantes pronostica para más adelante:
• Una disminución de siete por ciento en la participación en clase.
• Una disminución de seis por ciento en logros matemáticos (si efectos dañinos en lectura posterior).
• Un aumento de diez por ciento en la victimización por parte de los compañeros (rechazo de los compañeros, ser molestados, asaltados o insultados por otros estudiantes).
• Una disminución del trece por ciento en la actividad física de fin de semana.
• Una disminución del nueve por ciento en la actividad física general.
• Un pico de diez por ciento en el consumo de botanas.
• Un incremento de cinco por ciento en el índice de masa corporal (BMI).
“Aunque esperábamos que el impacto de ver televisión a una edad temprana desaparezca después de siete años y medio de niñez, el hecho es que la permanencia de resultados negativos es bastante desalentadora”, dice la Dra. Pagani, “nuestros descubrimientos resultan en un argumento de salud pública convincente contra ver televisión en exceso en la primera infancia y para que los padres sigan los lineamientos de exposición a la televisión de la Academia de Pediatría Americana”.
Dado que la televisión promueve un estilo de vida sedentario, dice la Dra. Pagani, se debe limitar el tiempo de televisión de los infantes para evitar el que mantengan hábitos mentales y físicos pasivos más adelante en su niñez, “El sentido común dictaría que la exposición a la televisión reemplaza el tiempo que se puede pasar en otras actividades enriquecedoras para el desarrollo y en tareas que promuevan el desarrollo cognitivo, conductual y motriz.”
“Lo que hace que este estudio sea especial es cómo confirma las sospechas que ha habido y que se han demostrado en proyectos más pequeños con uno u otro resultado. Este estudio adopta un enfoque integral y considera factores parentales, pediátricos y sociales simultáneamente”, agrega.
Esta investigación fue patrocinada por el social Science and Humanities Research Council of Canada.
El artículo publicado en “Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine” fue autorizado por Linda S. Pagani, Caroline Fitzpatrick y Tracie a Barnett de la Université de Montreal y su filial Sainte-Justine University Hospital Research Center in Canda en colaboración con Eric Dubow de la University of Michigan en los Estados Unidos
Fuente: rewireyourbrainforlove.com
Traducido por Alfredo Amescua V.
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