María Virginia Pérez Ulloa
Docente del CEsIGue, Xalapa, Veracruz
La primera vez que oí hablar de “recursos sustentables” fue en el año 2003, cuando mi esposo cursaba la Maestría en Política, Gestión y Derecho Ambientales, en la Universidad Anahuac, a la fecha es un término que vengo escuchando con más frecuencia y del que cada vez me hago más consciente.
En uno de esos momentos en que uno suele irse más allá de lo superficial me vino a la mente la idea de las “relaciones sustentables”, primero me ubiqué en el sentido con el que se aplica generalmente: lo sustentable es lo que va a permitir que nuestros hijos, nietos y siguientes generaciones vivan con los recursos naturales que actualmente nosotros disfrutamos, que no sean menores, sino que sean los mismos o mejores, y para ello debemos poner especial cuidado en la prevención, cuidado y conservación de los mismos, en concreto “respetar” y ser “responsables” con lo que la naturaleza nos brinda, para que las futuras generaciones lo obtengan al igual que nosotros.
Bueno, pues estos pensamientos me llevaron a darme cuenta que nuestro trabajo como terapeutas tiene que ver con el desarrollo sustentable aplicado a las relaciones intrapersonales e interpersonales. Desde mi punto de vista, cuando una persona busca el apoyo de un terapeuta o cuando un padre de familia lo busca para que ayude a su hijo(a) a superar algún síntoma emocional, es buscando el equilibrio, porque esa forma de relacionarse del adulto o del niño y se ha salido de balance, y requiere hacer algo para volver a la normalidad, y es entonces cuando el terapeuta, haciendo uso de sus conocimientos teóricos y de su experiencia, apoya al paciente para resolver su conflictiva. Pero ésto no se queda ahí, porque a través de la terapia se pretenden cambios profundos, no para atender una situación concreta, sino para que eso nuevo que aprendió el paciente, lo siga aplicando a su vida para que continúe creciendo por su cuenta. Que a través del proceso terapéutico, ya sea el infante o el adulto aprenda a relacionarse saludablemente con él mismo, con su familia, con su medio ambiente, etc., que eso que aprendió le permita desarrollar mejores maneras de hacer contacto. Y yo, con una actitud positiva, me inclino a pensar que lo que se apropien los pacientes les permitirá vivir mucho mejor en el futuro, porque ya hicieron en el momento presente lo necesario para ser mejores con ellos mismos y con los otros. Y es justo aquí cuando yo lo relaciono con la sustentabilidad, cuando lo que ahora hago con mi vida, por libre elección, me va a permitir ser mejor persona en todas las áreas donde me desenvuelva, en adelante.
El preocuparnos aquí y ahora por nosotros mismos y por los demás, nos coloca en una posición de suma responsabilidad, donde detenerse a reflexionar sobre qué es lo que nos permitirá vivir mejor en el futuro cercano y lejano, es sólo el comienzo, lo que sigue es llevarlo a la acción en nuestro diario vivir, considerando que lo que es bueno para mí y también lo es para los demás.
Pienso que las nuevas maneras de relacionarse que aprendan los padres y su hijo(a), le permitirá al hijo(a) ser mejor padre o madre cuando llegue su momento; así como el adulto que aprenda a hacer mejor contacto con él mismo y con los demás, será el modelo del que aprendan a través de sus acciones, las personas cercanas a él, y así sucesivamente y ahí es donde experimento la relación del término “relaciones sustentables” con el trabajo desarrollado a través de la psicoterapia Gestalt.
20-05-11
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