Directora del CESIGUE
Funciones ejecutivas
Actualmente se ha ido descubriendo el funcionamiento que subyace a muchas conductas, en el cerebro.
Lo que hemos denominado el carácter tiene que ver con el desarrollo de la corteza prefrontal, en especial de lo que se denomina las funciones ejecutivas. Estas funciones son las que dirigen el comportamiento.
Principalmente tiene que ver con el pensamiento racional, la capacidad de solucionar problemas, considerar alternativas, y comprender las consecuencias de nuestros actos.
Se les llama así porque estas funciones son las que están a cargo del comportamiento, es el “ejecutivo” de nuestra mente. Cubre funciones muy importantes como la organización del self, la anticipación de consecuencias, memoria de trabajo, seguir reglas y direcciones, regular emociones, pensamientos y comportamiento, así como hacer juicios certeros de las situaciones, y en especial la regulación de los impulsos.
Cuando los chicos no desarrollan adecuadamente su forma de razonar están en automático. Esto significa que lo que se codifica en los circuitos emocionales se activa fuera de su conciencia o darse cuenta.
Cuando una persona se encuentra ante una situación difícil o estresante se puede responder de cuatro formas diferentes: prosocial, antisocial, auto-destructiva o inapropiada.
La forma pro-social se da cuando el chico encuentra un vínculo seguro al cual acudir para obtener apoyo, estructura y afecto, que les ayuden a manejar adecuadamente las situaciones que les están provocando una alteración.
Mientras que cuando no cuentan con el apoyo, comprensión, afecto y estructura emocional, los chicos pueden responder de una manera antisocial, inapropiada o auto-destructiva.
Cuando el adolescente tiene problemas en alguna de estas áreas, es importante intervenir para desarrollar estas capacidades del cerebro, ya que de otra manera su comportamiento errático continuará. En especial si su forma de resolver situaciones es autodestructiva, antisocial o inapropiada, será fácil que vuelva a meterse en problemas o a consumir.
Actualmente se ha realizado investigación en el área de las funciones ejecutivas y cómo intervenir para desarrollar aquellas que lo requieren, mediante situaciones estructuradas y ejercicios específicos.
Los padres
Todo esto el niño lo va viendo y viviendo desde pequeño, desarrollando actitudes caracterológicas similares, y sobre todo en detrimento del desarrollo de funciones ejecutivas.
Por ejemplo, los chicos con historias de violencia, de relaciones inseguras o de negligencia, responden con comportamientos antisociales y auto destructivos.
A su vez los padres de este tipo de chicos, normalmente responden en forma evitativa, ambivalente o desorganizada, no están disponibles emocionalmente, tienden a rechazar a sus hijos y no dar apoyo. Los niños por lo tanto aprenden a saber que sus padres y adultos no son confiables. Ante los problemas entonces, en vez de buscar apoyo, tienen salidas desorganizadas y autodestructivas, fuera de control y comportamientos rebeldes.
Si bien, en muchos de los tratamientos actuales de adicciones se integra a los padres, su carácter no forma parte del tratamiento y por lo tanto, así en los chicos como en los padres, el origen profundo, sigue sin tocarse.
La intervención debe de integrar realmente a los padres, no solo con pláticas de orientación, sino ayudarles a ver su carácter, los aspectos en donde tienen los mismos rasgos que sus hijos: de qué forma no son honestos, responsables, respetuosos o su capacidad de cuidar de sí mismos. Cuando se realizan talleres en donde los padres de manera activa –no racional- puedan darse cuenta de su propio comportamiento, y sobre todo desarrollar maneras más efectivas de ser, podrán no solo ayudar a sus hijos, sino mejorar en general su propia vida.
En muchos casos, los padres no sólo no tienen las herramientas y estrategias adecuadas para enfrentar la problemática de la forma de ser de sus hijos, sino que al rechazarlos, recordarles todo el tiempo sus formas inadecuadas de ser, y rendirse -pues ya no saben qué hacer con sus hijos-, contribuyen a agravar el problema.
Los padres no han sido capaces de mostrar a sus hijos formas adecuadas de regularse emocionalmente ante el conflicto, debido a que no han sido capaces de dar apoyo y estructura suficientes.
¿Qué hacer?
Con el adolescente, las sesiones van encaminadas a poner de manifiesto los rasgos del carácter que están implicados más allá del consumo de sustancias, o de otras formas de adicción (internet, sexo, compras, juegos); la meta es ayudar a ampliar las opciones con que pueden responder ante los retos que la vida les plantea. De manera que cuando tengan que, por ejemplo dar cuenta de algo que hicieron, en vez de mentir en forma automática, puedan optar por expresar que no quieren decir lo que sucedió, o que puedan decir una parte, o que lo comentarán más tarde. Si se trata de obtener dinero, pensar que hay muchas más formas de hacerlo que solamente tomarlo, como ahorrar, trabajar, pedir prestado, pedirlo regalado. Sobre todo desarrollar opciones para cuidar de ellos mismos.
Cuando se trabaja en forma simultánea con los padres, el adolescente se da cuenta de que no se le está poniendo toda la carga, toda la culpa. Ellos saben que sus padres también deben de participar, no sólo para comprenderlos, sino porque ellos también tienen responsabilidad en lo que están viviendo, se sienten aligerados, se les quita el estigma de que sólo ellos son los “chicos problema”.
El trabajo con padres se dirige a que ellos puedan identificar, aceptar y trabajar para flexibilizar sus propios rasgos de carácter, para que puedan aprender cómo manejar el carácter de sus hijos y participar activamente en su flexibilización.
Los padres han castigado, gritado, amenazado sin mayores resultados. Es importante darles otras alternativas dirigidas especialmente a abrir otro tipo de relación con sus hijos. En primer lugar es importante que los padres desarrollen estas habilidades relacionales, entre ellas las más importantes son escuchar, ser claros y manejar el conflicto. Por otro lado deben de invertir (cuidar) en el chic@, darle tiempo, enseñarle cómo cuidar de sí mism@, dando alternativas a sus comportamientos.
Asimismo, una de las cosas más importantes en la flexibilización es estar cerca de sus hijos cuando éstos están ante situaciones de conflicto, mostrando alternativas de cómo manejar los problemas y el stress, sin que tengan que evadirse mediante sustancias, acompañando, y siendo una base segura a donde el chico pueda recurrir cuando sea necesario.
Fuentes de información
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Gilgun, Jane. (2009) Executive Functions & self regulation. New York, Amazon.
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Dawson, Peg ((2009). Smart but scattered. Executive skills, approach to helping kids reach their potential. New York, Guilford Press.
Shub, Norman (2004) Ser padres desde el corazón. Psicoterapia guestalt para padres. Xalapa, Ceig Edit.
Shub Norman. (2007) Tratamiento del adolescente caracterológico. Xalapa, Ceig. Edit.
Shub, Norman (2007) Metodología guestalt para el tratamiento: Desórdenes de carácter, Self Fragmentado. Xalapa, Ceig Edit.
Siegel, Daniel. (2003). Ser padres desde el interior. Xalapa, Ceig Edit.
Me gustó mucho
ResponderBorrarDomique, que bueno que te gustó mucho ojalá lo puedas compartir con tus contactos.
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