Ir al contenido principal

BIOENERGÉTICA. BITÁCORA.- 27 Sept. 2011

Valentín Ortiz Galmichi
Estudiante de 2° semestre
Maestría en Psicoterapia Gestalt
CESIGUE, Xalapa, Veracruz


Inicié la clase colocando 3 cojines en un determinado sitio del salón, después con música de fondo de tambores, caminamos a paso lento por el salón, después más aprisa y finalmente corriendo. Enseguida me acosté en el piso, tratando de tomar conciencia de mi cuerpo, me dolía la cabeza como desde hace 2 meses, y me sentía contracturado de mi hombro derecho; pero traté de dejar fluir la situación, me agradó el contacto con el piso, sentir como mi cuerpo se iba conformando a la superficie dura, rectificando mi columna, al mismo tiempo que sentía como si estuviera poniendo en orden mis cosas interiormente, frenando mi prisa, reparando en que también tengo cuerpo.
Siguió el ejercicio del “taburete energético”, música de tambores, indicaciones de Leny, yo sentía que la hiperextensión de mi cabeza colgante me dificultaba la respiración a nivel de tráquea, me dolía mi nuca, me voy a lastimar me decía, lucha interna, resistencia, suéltate, ahí está un cinturón, trabájalo, entrégate, la boca se secó, dificultando más la respiración, respira profundo, siente tu respiración.
Cuando moví los ojos hacia todos los lados, con la apertura máxima de boca, muecas, empezó el alucine, me daba la impresión de estar girando, me sentía pequeño no de edad, de tamaño, veía a Leny como un gigante, con sus piezotes, cuando extendí los brazos hacia arriba me sentí siendo observado por una cara conocida, era mi amigo Marco Antonio, de los mejores amigos de la Prepa, muerto en accidente automovilístico en el 90, sonriéndome con su cara de niño bueno, pero yo quería alcanzar a mi madre, también muerta en el 2000, quería extender mis brazos hasta el cielo y alcanzarla, abrazarla, me sentí niño nuevamente, desprotegido, con deseo de recibir ternura, caricias, con mucho dolor y un profundo deseo de llorar , que no pude contener, escurriéndoseme alguna lágrimas, todo esto me trajo a mente la descripción que hace Fadiman (2002 del pasaje del libro de Orson Bean “ El orgón y yo” cuando realiza éste mismo ejercicio bajo la dirección del Dr. Baker.
Conforme fue avanzando el ejercicio, mi cuerpo se fue energetizando y desde lo mas profundo de mi primitivo ser emití gritos de dolor, de queja que había reprimido a lo largo de mi vida (represor por excelencia, personalidad 9 del Eneagrama) afortunadamente los gritos de ira si los había logrado expresar, desgraciadamente a destiempo, pero por lo menos no los había reprimido. Cuando comencé a golpear con manos y plantas de los pies el piso, fueron deslizándose como en película rápida, imágenes en donde me ví conteniéndome, ahogando mi dolor y mi ira y golpeé una y otra vez, y nuevamente lloré, y sentí como mi cuerpo se fue suavizando, relajando, volviéndose ligero, y una sensación de cansancio placentero y paz empezó a invadir todo mi cuerpo y mi mente. ¡¡ Qué experiencia tan bienhechora ¡!

BIBLIOGRAFÍA
Fadiman, J. ( 2002 ) Teorías de la personalidad. México. Editorial Oxford

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Día de muertos 2011.

Alfredo Amescua V. CESIGUE, Xalapa, Veracruz Llegó y pasó una celebración más del día de muertos. Desde el de hace un año, hubo dos fallecimientos de personas muy cercanas a mí y a mi familia. En este día los recordamos a ellos y a los otros seres queridos que murieron en años anteriores. Mi mujer hizo un bello altar, una bella ofrenda para ellos. El camino de flores de cempaxúchitl para indicarles a los muertos el camino hacia el altar, pero también un camino que nos lleva a la reflexión Y desde luego, en muchos hogares la gente hace sus propios altares, sus propias ofrendas… Día de muertos, una ocasión no sólo para recordar a los que ya se fueron sino para meditar sobre la muerte misma. Para meditar sobre nuestra propia muerte. Muy pocas veces pensamos en ella, yo no diría que pienso que nunca voy a morir. Pero tampoco estoy realmente consciente de que eso es lo único seguro que tenemos en esta vida. Algún día moriré, puede ser hoy, mañana, en unos meses, en unos años. Y me pong

Habilidades de contacto

Eduardo Carlos Juárez López Alumno Estudiante de Maestría en Psicoterapia Gestalt  Darme cuenta Considero que es la habilidad básica de cualquier proceso terapéutico. Es algo que he estado trabajando desde mi primera sesión de terapia Gestalt en 2005. Desde entonces hasta ahora me doy cuenta del gran avance que he tenido y seguiré teniendo. Me doy cuenta de mi voz: es grave, varonil y le gusta mucho a las personas. Suele ser dura cuando quiero imponer mi razón sobre los demás. Su ritmo es fuerte. También sé sensibilizarla si la situación la amerita. Sé que le pongo adornos según la situación, la hago más grave cuando estoy con una chica que me agrada y hago cierta inflexión cuando quiero llamar la atención de un grupo de personas. Mi mirada es de una persona necesitada de cariño, trato de camuflar mi vacío interno y mi poca auto aceptación seduciendo a los demás con mi carácter atento y amable. Mi tacto es gentil sin embargo cuando me enojo mis ojos y mi mirada se vuelven os

Libros gratis

Puedes bajar este libro de Ángeles Marín en formato PDF, desde el blog de la Psicóloga Ivonne Patricia Rueda Rey de Bucaramanga, Santander, Colombia. Al hacer clic en el título de éste artículo te llevará directamente a la página dónde se encuentra el vínculo para descargar el libro. Manual práctico de Psicoterapia Gestalt Ángeles Marin Respecto a este libro, Ivonne comenta: Desde la psicología, y más específicamente desde la Gestalt, tratamos de que las personas aprendan a conocer su comportamiento, que amplíen sus recursos creativos y conozcan modos nuevos de funcionar, no sólo a través de técnicas y ejercicios, sino también del desarrollo de capacidades nuevas, promoviendo experiencias y facilitando el intercambio con el mundo. (...) El Manual práctico de psicoterapia Gestalt expone de forma sencilla y amena los conceptos básicos de la Terapia Gestalt, n o sólo a los terapeutas gestálticos sino a cualquier persona que se aproxima. Su lectura aporta una visión panorámica de

Reseña del libro "CÓMO HACER QUE LA GENTE HAGA LO QUE USTED QUIERE."

Reseña del libro CÓMO HACER QUE LA GENTE HAGA LO QUE USTED QUIERE . Prabbal,  Frank Gustavo Bello Jefe del Departamento de Relaciones Públicas. CESIGUE rrpp@cesigue.edu.mx “La comprensión profunda de la mente humana ha sido entendida y aprovechada durante años por las personas exitosas. A medida que vaya dominando esta habilidad, se dará cuenta de que los negocios y el dinero son producto de las relaciones públicas. Aprenderá los secretos para construir vínculos duraderos y dominará las técnicas para hablar y escuchar inteligentemente: halagar, ser delicado al criticar, ser agradecido y conversar con efectividad; este libro, escrito en un estilo convencional, y bien ilustrado, le ayudará a conseguir éxito en la vida.” El autor comienza aclarando el término manipulación la cual se entiende como administrar con habilidad. Por si misma la manipulación es neutra, pero la intención detrás de la manipulación la hace positiva o negativa. El éxito necesita una red de persona

Un payaso triste de ojos azules

Quiero contar una experiencia personal relacionada con la pintura, vivida esta vez no como facilitador, sino como un hombre de 45 años de edad, al participar en un taller con otras siete personas. Llegué con ganas de pintar la cara sonriente de un payaso. Con energía empecé a pintar la forma oval de la cabeza, la nariz como una pelota roja y los ojos azules lindísimos. Me faltó hacer la boca. La hice y… ¡me aterré! El payaso me estaba mirando con una angustia desnuda. Empecé a borrar esa boca cubriéndola con color blanco. Me sentí pillado cuando mi terapeuta vino corriendo y me preguntó “¿Qué haces?” Molesto con su intervención, contesté con cierta obstinación: “Quiero pintar un payaso alegre. Pero este me mira con angustia.” Ella me miró y dijo: “¿Qué pasaría si sigues pintando este mismo payaso lleno de miedo?” Yo: “No me agrada”. Ella: “Lo sé. Prueba, y si después quieres, puedes borrar esa boca “. Yo, aún molesto: “Bien, voy a ver”. Con pocas ganas miré a mi payaso. Pensé: