
Recién egresado de la Maestría en Psicoterapia Gestalt
CESIGUE, Xalapa, Veracruz
La psicoterapia ha sido desarrollada como una herramienta de apoyo a los problemas existenciales del ser humano, no sólo en la cosmovisión o visión del mundo sino también en la forma en la que se relaciona con este. En esta época el apoyo social hacia la psicoterapia ha ido creciendo, existe hoy día una mayor apertura a que alguna persona inicie un proceso terapéutico; muestra de esto es la incorporación de psicólogos en los planteles educativos; también a nivel empresarial la incorporación de espacios terapéuticos (bipersonales y grupales) ha sido algo recurrente para apoyar cambios y/o aumentos en la producción. Pero pese a esta apertura surgen preguntas como ¿por qué muchas personas no terminan su proceso terapéutico?, ¿qué concepción tienen las personas de la psicoterapia? O más allá ¿qué esperan de la psicoterapia?
Es muy común encontrar la concepción de la psicoterapia como resolutiva, es decir, la persona acude a terapia como una forma de resolver un problema concreto; también, por otro lado, hay la idea del proceso terapéutico como algo largo, tedioso y costoso. En ambos casos vemos que el proceso es preconcebido de forma poco favorable para encontrar un desarrollo personal; en el primer caso no se busca un proceso profundo sino más bien un manual, o sea, “ante tal problema haga esto…”, o “si usted presenta lo siguiente actúe así…”; en la segunda preconcepción la persona no observa una clara respuesta a su problemática, el proceso se concibe como algo ambiguo que requiere una cuantiosa inversión (en tiempo y dinero) con resultados poco claros.
En ambas circunstancias podemos observar, como terapeutas, una falta de compromiso del paciente hacia su propia toma de responsabilidad, es decir, esto se puede interpretar como la incapacidad de la persona para hacerse responsable de sí mismo. Pero esto puede deberse a que, como público en general, no se tienen claros los tiempos o etapas del proceso psicoterapéutico.
A continuación hablaré de dos lapsos que, a partir de mi experiencia, he podido encontrar dentro del proceso terapéutico gestáltico. El primero a distinguir es el de impacto, en esta etapa encontramos el darse cuenta del paciente, éste vivencia y experimenta de manera profunda su sintomatología, la explora en todos los campos posibles de su vida y se descubre la problemática real; para el caso de los neuróticos sería el introyecto o creencia nuclear (o introyectos), mientras que para el paciente caracterológico se localiza el rasgo dominante, o que más resalta, en sus relaciones. En este momento terapeuta y paciente van de la mano explorando y analizando la problemática, esto con el objetivo de que la persona observe más allá de sus propios síntomas, que realice una introspección profunda y vea las verdaderas raíces de esa sintomatología.
La característica principal de este lapso es la visualización holística que la propia persona hace de sí misma, la apropiación real que hace de su propia problemática y, en términos generales, la real toma de conciencia de lo que realmente la llevó a tomar la decisión de ir a un especialista. A partir de trabajar este momento podemos plantear verdaderamente un plan de acción adecuado y centrado en la persona que solicita el servicio, no existe una estandarización del proceso sino una adecuación de este al paciente.
Podemos decir que la etapa de impacto está caracterizada por cuatro aspectos:
• La unificación de la persona.
• El darse cuenta de cómo vive y actúa.
• La concientización de la verdadera problemática a partir del síntoma.
• La apropiación y personalización de la problemática.
El periodo de impacto, en este sentido es básico para el trabajo psicoterapéutico ya que es donde se pone sobre la mesa y, ante los ojos del paciente, la problemática real, su invasión en diferentes aspectos de su vida y comienza a dotar al individuo de la responsabilidad sobre sí mismo, esto ya que en la medida que crea un auto-conocimiento puede empezar a tomar decisiones acerca de su persona.
La otra etapa del proceso psicoterapéutico en la Gestalt es el de la trascendencia, en esta la relación terapéutica va del conocimiento al tratamiento; se encamina más hacia el compromiso, es decir, el terapeuta emplea sus capacidades profesionales en pro del proceso del paciente, mientras que este tiende a trabajar bajo un auto-entendimiento de su circunstancia a nivel emocional, cognitivo y corporal. En este periodo es donde se encuentra la oportunidad real de cambio; la utilización de este último término no sólo refiere a un cambio conductual, sino a toda una consideración que incluye la cosmovisión y auto-concepto, o sea, al mundo y a la forma de ser y hacer en él.
La psicoterapia pasa sí del consultorio a la vida cotidiana de la persona, se busca una verdadera congruencia entre el deseo y la acción. Mientras en la etapa del impacto se comienzan a sentar las bases para el cambio, en la trascendencia este cambio es posible; en el trabajo terapéutico gestáltico la parte discursiva es importante, pero siempre se debe complementar con la experimentación, esto último permitirá llevar al paciente lo aprendido o deseado al campo de la asimilación y, por ende, a su praxis cotidiana encontrando, si así lo quiere, una nueva forma de ser en el mundo, más real, congruente y satisfactoria para sí mismo.
Finalmente cabe mencionar que estas etapas no están confinadas a una temporalidad determinada dentro del trabajo terapéutico, se intercalan en diferentes momentos e incluso, me atrevo a decir, muchas veces se trabajan paralelamente dependiendo cómo y cuándo surjan las temáticas en el paciente, o sea, muchas veces estas etapas estarán en convivencia durante el proceso y la traslación de una a otra dependerá tanto de la habilidad del terapeuta como del compromiso y habilidad del paciente para hacer introspección y, posteriormente, llevar a la acción el resultado de esto.
-Bibliografía de apoyo
Ginger, S. (1993). La Gestalt: una terapia de contacto. México: El manual moderno.
Ginger, S. (2008). Psicoterapia: 100 respuestas creativas. Barcelona: Rigden Institut Gestalt.
Jodorowsky, A. (2004). Psicomagia. Madrid: Siruela.
Etiquetas: Psicoterapia Gestalt, Paciente en Psicoterapia Gestalt, Proceso Gestalt
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