LLUVIA SORAIDA POMPEYO DIAZ
Maestría en Psicoterapia Infantil Guestalt.
Tercer semestre. Grupo de Desarrollo Personal III.
Leyendo con un poco de nostalgia, algunas de las primeras
bitácoras de las sesiones de primer semestre, cierro los ojos y recuerdo todos
esos momentos que compartí con mi grupo, momentos que han sido muy
significativos en mi vida.
Aún
recuerdo las primeras sesiones de grupo, en donde los ejercicios estaban más
enfocados a nuestras sensaciones, a explorar nuestro ser, sentir y estar en el
espacio.
Me recuerdo en la primera sesión al realizar una
actividad con música, en donde tenía ganas de bailar, pero no lo hice por pena
y solo me limité a escuchar la música.
Aunque siempre me ha gustado participar, recuerdo que en
mis primeras intervenciones aún no me daba la oportunidad de compartir muchas
cosas sobre mí; sin embargo conforme fue pasando el tiempo, me fui sintiendo
muy a gusto con mi grupo y me daba cuenta como la confianza comenzaba a crecer
cada vez más.
Algo
que caracterizó a nuestro grupo fue que desde la primera vez que pusimos
nuestras propias reglas como grupo, el respeto y la discreción fueron dos de
las reglas que siempre estuvieron presentes desde el principio hasta la última
sesión, lo cual fue muy importante para que el grupo pudiera irse abriendo más,
pues sabíamos que nos encontrábamos en un lugar seguro, en donde podíamos
expresar lo que deseáramos.
En
algunas sesiones al escuchar a mis compañeras, no podía evitar sentir ese
nudito en la garganta, que a la vez me recordaba alguna parte de mi vida, pero
que al principio no me permitía soltar alguna lágrima aunque estuviera a punto
de derramarse; sin embargo la misma confianza que fui teniendo en mi grupo, me permitió
darme la oportunidad de expresar abiertamente mi tristeza por alguna situación
o simplemente de compartir junto con alguna compañera su tristeza y llorar sin
pena y cuando esto ocurrió, realmente fue muy liberador y como si fuera magia,
me abrí la puerta a experiencias muy significativas que estaban por llegar.
Valoro
la riqueza que aporta el grupo a las personas, ya que fue una parte muy
importante en mi proceso terapéutico, pues como muchas veces nos dijo Leny, en
el grupo reflejamos mucho de cómo es nuestro actuar con el resto del mundo y en
el mismo grupo podíamos hacer y practicar muchos experimentos de ese actuar,
para después salir y enfrentarnos al mundo real.
Tiempo
después dentro de muchas de las actividades que hicimos, nuevamente recuerdo
una con música, pero en esta ocasión me sentí tan plena y libre, expresándome
ya sin pena como en un principio.
Hay
tantos recuerdos de donde tomar, que nunca acabaría de contarlos; pero lo más
importante de todo esto, es lo significativo que fue este viaje en compañía de
Leny y todas mis compañeras y que hoy llegó a su fin, dejándome muchas
experiencias y sobre todo aprendizajes; pues lo rico del grupo es que aunque no
siempre se podía trabajar alguna situación de cada una de nosotras, siempre
había algo de alguna de las compañeras, que de alguna manera reflejaba algo de
cada una de nosotras e impactaba de una u otra forma, dejando así muchos
aprendizajes, pues cada sesión fue importante y siempre aprendí algo de mis
compañeras y las vivencias de cada experiencia.
Hoy
miro hacia atrás, recordándome cómo era al iniciar en el grupo y cómo soy en
este momento y me doy cuenta de los cambios tan importantes y significativos
que veo en mi persona y que esto no significa que ya se quedaran así para
siempre o que ya no hay nada por hacer, sino al contrario me abrió las puertas
para continuar mi camino y seguir escribiendo mi historia, pero ahora con otras
herramientas y que en el camino seguiré encontrando más.
Realmente
puedo decir que el haber tenido la oportunidad de tener a mi grupo de
desarrollo personal, durante estos tres semestres fue una base muy importante
para mi formación como terapeuta, pues pude trabajar muchas situaciones que sin
el grupo no hubiera sido posible y tanto mi terapia individual como la grupal,
fueron de la mano, complementándose entre sí.
Voy
a extrañar las sesiones de grupo de desarrollo personal, pero sé que es parte
del proceso y ahora como así lo dijimos, cada quien seguirá su camino, con la
certeza y confianza de que si en algún momento nos necesitamos, ahí estaremos,
porque aprendimos el valor y significado de un grupo y que la unión siempre
hará la fuerza.
Agradezco
a Leny y a todas mis compañeras del grupo, por compartir tantos buenos
momentos, experiencias y dejarme muchos aprendizajes que hoy forman parte de mi
vida.
Las
quiero mucho.
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