Diana Loyo Rodríguez
Maestría en Psicoterapia Infantil Gestalt
Cursando Entrenamiento Clínico para Padres y Pareja
CESIGUE
“…La cosa era así:
una mesa; sobre la mesa un sobre abierto lleno de fotos –la sensación era como
cuando paso por la panadería y huele a pan fresco- me acerco y las tomo con antojo para verlas.
Junto de ellas unas tiras como de películas, los famosos “negativos”
–francamente cuando era niña, nunca entendí para qué los daban, ya después me
explicaron- y parada o sentada, sola o acompañada me ponía a verlas…una por
una. Recuerdo incluso que estaban hasta pegadas a veces. Y bueno, después de
eso, el momento continuaba con buscarle un álbum, uno bonito. Y acomodar cada
una, darles un lugar especial.”
Pienso
que quien inventó la fotografía no midió el tamaño de la caricia que haría a
los ojos y a la memoria. Pienso también
que estamos condicionados. Si alguien muestra una cámara o hacen la seña de que
tomarán una foto existe una transformación: la gente se sienta mejor, se pinta
los labios, sonríe, se junta, se abraza, otros se esconden, otros hasta la mano
en la cintura ponen. Pero dudo que alguien no esté condicionado a moverse en
ese momento ante la expresión “foto, foto” (porque además, generalmente dicen
“foto” como 3 veces…”foto, foto, foto”) pareciera un llamado de tribu el cual
la mayoría entendemos y hacemos lo propio. Y…la foto es tomada, o somos tomados
por la foto, como prefieran verlo.
¿Qué nos hace sonreír cuando alguien
dice “foto, foto”? ¿Qué nos hace posar o juntarnos? No es la cámara en sí, es
un objeto, sería como sonreírle a un
reloj o una silla –raro- …y dudo que sea el fotógrafo (aunque hay unos muy
buenos que convencen hasta al más renuente) ¿Será la historia que contará
después esa foto la que nos hace poner “nuestra mejor cara”? ¿Qué mejor
vestigio de que estuve en algún lugar, que una foto? Nada dice mejor “estuve
ahí” “fui parte de ese momento” que un pedazo de papel que muestra lo que mis
ojos vieron. Es la imprenta personal de la mente. Entonces ¿A quién se mira en
realidad cuando voltean a ver a la cámara? ¿A mi “yo” futuro que la verá? ¿A mi
público? ¿A mi nostalgia que saldrá a asomarse cuando la vea en unos años?
Viajar en el tiempo es más sencillo
con ayuda de las fotos. Qué maravilloso medio para traer el pasado al presente
y para que el presente sea promesa de futuro -y algunos ilusos queriendo
construir una “time machine”... ¡si ya existe!-. La foto me transporta,
me da olor a historia, mi historia; me da sabores…y es una guía por si en algún
momento me pierdo y quiero saber de dónde vengo y dónde he estado. Así que… si
pudieran elegir 4 fotos que representaran su vida hasta ahora… ¿Cuáles serían?
Las fotografías más
bellas son aquellas que te generan recuerdos. Incluso si aun no lo has vivido.
HerssonPiratoba
HerssonPiratoba
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