Jorge Bucay*
Un rey fue hasta su jardín y descubrió
que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se
moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo
halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no
podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba por no ser
fuerte y sólida como el Roble. Entonces
encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
-¿Cómo es que creces tan
saludable en medio de este jardín mustio y umbrío?
La flor contestó:
-No lo sé. Quizá sea porque
siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un
Roble o una Rosa, los habrías plantado.
En aquel momento me dije:
Intentaré ser fresa de la mejor manera que pueda.
Ahora
es tu turno. Estas aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a
ti mismo.
No hay posibilidad de que
seas otra persona.
Puedes disfrutarlo y
florecer regado con tu amor por ti, o puedes marchitarte en tu propia condena.
Tomado de:
Bucay,J.
(2002) El camino de la Autodependencia.
Colecc. Hojas de Ruta. Ed. Océano: México
Comentarios
Publicar un comentario