Gabriela Reza Goytia
Terapeuta de Niños, Adolescentes y
Adultos
en Vive y Crece*
Cada
vez que “decidimos” estamos renunciando a algo y esto es lo que hace difícil
“tomar decisiones” ya que en cada
decisión existe una “renuncia” y esta renuncia nos genera cierta “angustia”.
Hasta en las decisiones más simples estamos renunciando; por
ejemplo, al ir a comer a un restaurante y al elegir un postre, estamos
renunciando al resto de los postres. Todo el tiempo estamos “decidiendo”, desde cómo vestirnos; el camino a tomar para
llegar a nuestro destino; cómo organizar nuestras actividades del día, etcétera.
Si a nosotros los adultos nos resulta difícil “decidir”,
ahora imagínate a los niños; es por ello que hay niños que se pueden tardar
mucho en elegir su menú, o en elegir qué juguete se le compre, porque lo
difícil para ellos es elegir también a todo lo que van a renunciar; darnos cuenta de esto nos hará más
comprensivos con ellos pero también con nosotros mismos en el momento de enfrentarnos ante una “decisión”.
La próxima vez que te veas envuelto(a) en una situación
dónde te esté costando trabajo “tomar una decisión” date cuenta ¿a qué te está
costando trabajo “renunciar”?, hacer una lista en donde plasmes a qué estarías
renunciando si tomas una decisión y también a qué estarías renunciando si no
tomas esta decisión; podría darte más claridad sobre lo que quieres en este
momento o lo que estás necesitando.
Lo más importante es que seas comprensivo contigo, dándote cuenta que es natural que te sea
difícil tomar ciertas “decisiones” ya que esta comprensión ante ti mismo te
permitirá acompañarte mejor al momento de “decidir”.
www.viveycrece.com
Comentarios
Publicar un comentario