Eduardo Carlos Juárez López
Maestría en Psicoterapia Gestalt
Nuestra experiencia de un suceso debe
llegar a través del sistema sensorial que se extiende por nuestro cuerpo para
que la mente la registre (Caldwell, 1999). Reconocer mis sensaciones es algo
cada vez más fácil para mí. Hoy sábado noto una resistencia a acordarme de lo
sucedido el martes. Cuando la maestra me pidió la sesión pasada que dejara
fluir mis sensaciones encontré dolor en la espalda y en las nalgas. Me costaba
mucho seguir aquí y ahora porque empezaba a intelectualizar cualquier
sentimiento.
Al confiar en nuestros
síntomas somáticos, escuchamos nuestras palabras, imágenes y sueños acerca del
cuerpo para valorar cómo percibimos y organizamos nuestra experiencia (Cadwell,
1999). La maestra pidió que hiciéramos cualquier ruido o movimiento que
quisiéramos, yo tenía ganas de emitir algunos ruidos pero me dio pena hacerlo.
Me doy cuenta que me siento inhibido cuando hay alguna figura de autoridad que
me está observando, proyecto una supuesta evaluación (rechazo). Opté por
acostarme y seguir en mis darme cuenta, me puse cómodo y entrelacé mis manos a
la altura de mi pecho como si estuviera en un féretro. Me identifiqué como si
fuera un Papa muerto. De pronto me di cuenta que a cualquier persona muerta la
ponen en esa posición, entonces ¿por qué me veía en un Papa?, entonces descubrí
que era una imagen muy engrandecida y distorsionada de mí mismo. Después pensé:
“soy solo yo, descansando”. En la terapia del movimiento, la fase de
“asimilación” trata de percibir los límites internos naturales del cuerpo y sus
procesos, y de contener energía dentro de él (Cadwell, 1999).
Me gustó mucho la actividad
de estar dentro y fuera de mí. Al hacerlo con una compañera descubrí que me era
fácil estar conmigo y con el otro a la vez. Estar con el otro me generó más
angustia que cuando estuve conmigo. Cuando el ejercicio se trató de hacer una
combinación entre estar conmigo y con el otro me sentí muy cómodo. Me imaginé
en mi consultorio dando terapia e involucrándome demasiado con el/la paciente.
El estar conmigo y con él/ella a la vez me permitirá facilitar su crecimiento
adecuadamente. La aceptación crea espacio. Al incorporar nuestra experiencia
directa a la fase de aceptación, creamos el espacio que contenga nuestras
experiencias. Es en esta fase en que nuestra naturaleza espiritual puede
recuperarse (Cadwell, 1999). También me di cuenta de lo mucho que puedo
expresar con tan solo mirar de una manera amorosa a quien está frente de a mí.
Es un recurso que puedo utilizar como persona, terapeuta y director de
orquesta.
Bibliografía
Cadwell, C. (1999). Habitar el cuerpo.
Urano, España. Pags. 25-33, 79-97, 143-151
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