Mariahlja
1er semestre, Maestría
Psicoterapia Gestalt
Grupo de Desarrollo
Personal
Son
aproximadamente las nueve de la noche, me dispongo a caminar sobre mi pasado,
pero en esta ocasión he decidido no sólo ver imágenes, o juzgar pensamientos;
hoy es diferente, quiero percibir colores, olores y sentimientos.
Estoy invitada a dar mis primero pasos, y de pronto me
doy cuenta que no tengo ganas de avanzar hacia atrás… Llega a mi una sensación
de satisfacción que me atrae a quedarme donde estoy. Los colores son variados,
no todos son agradables por si mismos; al tiempo ellos me permiten distinguir
con otros colores cálidos los momentos hermosos que vivo. En especial resaltan
el verde limón y el morado. No llega a
mi ningún olor.
Doy mis primero pasos un poco lentos, como si alejarme me
empezara a incomodar. Siento un poco de turbulencia en mi cuerpo y tristeza,
siento el llanto, mucho llanto como una necesidad imperiosa para respirar. El
morado es muy intenso. Tengo dudas, muchas dudas, y miedo, el miedo está siendo
presa de mi… éste es un momento en donde sobretodo prevalece el miedo y la
tristeza. El olor, entre manzana y clavo.
Los siguientes pasos me veo sola, angustiada y decidida a
no sé qué… el color predominante es rojizo. Sé que no quiero seguir viviendo
como hasta ahora, pero me angustia no saber cómo es vivir para mí. Expando mi
mundo, mucho se expande. Empiezo a vivir lo que 14 años no tuve ni imaginé. Hay
momentos de intensa alegría, pero al tiempo soy presa del coraje y la tristeza.
Los aromas a veces frescos como limones y otras, amargos como café tostado
francés.
Sigo caminando, ¡Oh la desesperación me embarga! Llegan a
mí escenas de mucha angustia y coraje. Cansancio emocional extremo, el sólo
hecho de recordarlo me agota. Es gris, es rojo y a veces negro lo que ilumina
la escena... No hay esencias, es como un humo que no me permite respirar. Sólo
mi jardín me rescata.
Es curioso, casi
14 años de mi vida a paso veloz los camino en el recuerdo. Tan veloz que olvidé
hechos significativos, como la muerte de mi papá. ¿Será porque ella estuvo
envuelta en mucho dolor también? Y de
pronto me detengo, el nacimiento de mis hijos…
sus primeros años me percibo como mamá contenta pero muy cansada. Soy
feliz esos primero años, estoy llena de
esperanza. Mis hijos, mi marido y yo seremos una hermosa familia… Me pregunto ¿Cuándo dejé de albergar esto?
Los colores son muy intensos: amarillo, verde, rojo… los olores son frescos.
Camino un poco más, y me veo en la universidad, el
estudio, los amigos, los grandes proyectos. Todo un mundo por conocer, todo un
mundo por cambiar. Me percibo muy capaz. Tengo muchas ganas de hacer algo
importante, muy importante para otros… El color morado es el que resalta, pero
también hay naranja y amarillo. Los olores son de madera.
De pronto, en apenas unos pasos recorro mi infancia.
Tengo espacios en donde me siento muy alegre, percibo muchos de incomprensión,
soledad y rechazo. Hay otros llenos de fiesta, amigos y amigas muchos amigos y
amigas. Mi casa siempre llena de gente. Siento que mis papás me quieren, pero
también siento el rechazo y competencia constante con mi mamá. Mi papá me
protege, y luego, mi mamá me ataca. La llamo y no está, y luego me pide que
hagamos las paces… No sé mi infancia es blanco y negro… todo o nada… de princesa
a cenicienta… admiración y rechazo…
Etiquetas: Historia
de vida, recuerdos, familia
Comentarios
Publicar un comentario