Ramón Gallegos
Nava.
Aprender, en educación holista, es el punto central de todo el proceso
educativo. Es más importante que enseñar; ya no podemos hablar de enseñanza-aprendizaje
porque no tienen la misma importancia. La lógica educativa de nuevo
paradigma se articula sobre el proceso de aprender. En la nueva visión todos los involucrados en el proceso educativo
como profesores, administradores, alumnos, empleadores, padres, convergen en la
escuela con un objetivo común: aprender. Aunque cumplan diferentes roles, el
objetivo de todos es aprender. Este es un proceso que dura toda la vida y
rebasa el ámbito del salón de clases; el profesor se convierte en otro
aprendiz: su función no solo es enseñar sino también seguir aprendiendo. La enseñanza
sigue teniendo lugar pero como apoyo del aprendizaje. Con un objetivo puramente
metodológico, la educación holista ha señalado cuatro aprendizajes estratégicos
para la educación del siglo XXI, que han sido también señalados por UNESCO,
aunque con ligeras diferencias. A continuación se señalan.
·
Aprender a aprender. Inicia con aprender a preguntar.
Todo buen aprendizaje inicia con una buena pregunta. Preguntar es un acto natural
de la conciencia en su búsqueda por el conocimiento: su objetivo real no es
tanto el ser contestada sino el ser indagada. Cuando un niño pregunta es para
investigar, para explorar el mundo que le rodea. Esta capacidad de preguntar sin miedo
es la base de un buen aprendizaje. Aprender a aprender significa potenciar los
atributos de la conciencia para ejercitar habilidades tales como atender,
escuchar, percibir, tener curiosidad, intuir, tener creatividad. Aprender a
aprender significa tener capacidad para dirigir y hacerse responsable del propio aprendizaje; para
autoactualizarse, para saber dónde buscar el conocimiento. Está relacionado especialmente con
una conciencia científica.
- Aprender a hacer. En el cambio de época que actualmente
vivimos significa aprender a transformar la sociedad con acción
inteligente y responsable. Está vinculado al aprendizaje de una profesión y al trabajo
productivo: aprender a adaptarse a las necesidades de trabajo, capacidad
de trabajar en equipo. Uso estratégico del conocimiento para resolver
problemas y tomar decisiones racionales en la generación de bienes y
servicios de calidad. Aprender a hacer significa saber tomar riesgos y
tomar la iniciativa. Aprender a hacer está especialmente relacionado con
una conciencia social.
- Aprender a vivir juntos. Implica
aprender a vivir responsablemente, respetando y cooperando con otros seres
humanos y en general con todos los organismos vivos del planeta. El
aprendizaje debe superar los prejuicios, dogmatismos, discriminación,
autoritarismos y estereotipos, y todo aquello que lleva a la confrontación
y a la guerra. El principio fundamental de este aprendizaje es la interdependencia,
el conocimiento de la red de la vida. Buscamos el reconocimiento de
procesos como la coevolución y la reciprocidad, el respeto a la diversidad.
Debemos considerar el valor de la paz y la sustentabilidad como elementos
que nutren a las comunidades. Aprender a vivir juntos, responsablemente,
también significa aprender a establecer relaciones correctas. Un recurso
educativo especialmente importante en este punto es el diálogo holístico
tal como fue descrito por David Bohm. Aprender a vivir juntos está
relacionado con el desarrollo de una conciencia ecológica.
- Aprender a
ser. Significa el descubrimiento de la verdadera naturaleza humana, el
encuentro con la esencia de uno mismo que va más allá del aparato psíquico
de pensamientos y emociones. Es aprender a pertenecer a la totalidad, el
descubrimiento de nuestra dimensión universal donde moran los valores
humanos genuinos que no son individuales, el descubrimiento del propio
ser y la sabiduría interior que se logran por el autoconocimiento de uno
mismo. La educación holista nutre de manera especial este aprendizaje al reconocer
al ser humano como básicamente espiritual en busca de significado.
Aprender a ser es aprender a establecer un orden interno, condición para
el desarrollo de nuestro potencial ilimitado. Es el despertar de la
conciencia espiritual.
En realidad, aprender
es una sola cosa y no está dividida, aquí se hace con fines metodológicos y de
exposición pero, esencialmente, aprender es un acto total que no puede ser
fragmentado, es una experiencia transformadora que produce cambios reales; un
proceso en flujo que no se estanca en la mera información.
Aprender implica
habilidades, actitudes, valores y conocimientos que no pueden ser fragmentados
porque están ligados entre sí; no se puede aprender una habilidad separada de
su valor, y aunque algunas escuelas y educadores tratan de hacerlo, me parece
un enfoque totalmente equivocado que lleva a una fragmentación de la
inteligencia y a un conocimiento inconsciente. No deberíamos hablar de
aprendizaje de habilidades o de aprendizaje de valores: deberíamos hablar de un
aprendizaje holístico, pero este es uno de los grandes retos con que nos enfrentaremos al tratar de
implementar una educación holista: el hábito profundamente arraigado de pensar
siempre en términos de separatividad, de dualidad, en términos mecánicos.
Debemos romper
este condicionamiento para convertirnos en genuinos educadores holísticos. El aprendizaje en la educación
holista para el siglo XXI será más cualitativo que cuantitativo, necesitara
libertad para comprender y libertad para indagar.
Referencia bibliográfica
Gallegos Nava, R. (1999). Educación Holista: pedagogía del amor universal. Colombia:
Editorial Pax México.
Referencia Gráfica
Autor: Autumn Skye Morrison
Año: 2008
Titulo: Wonder
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