Como
una manera de enfatizar la importancia del desarrollo de la autoestima de los
niños, deseo relatar la historia del capullo. Cada niño es como un árbol joven
que necesita sol, lluvia, insectos, aves y nutrientes de la tierra, para crecer
fuerte y saludable. En primavera, los capullos aparecen en el árbol. Cada niño
produce muchos capullos. El florecimiento de los capullos depende parcialmente
de la inversión de los padres en el niño y su habilidad de nutrir estos
vulnerables capullos bebés. Algunas veces los capullos se abren por un momento
solamente, como cuando el niño toma una lección de violín y dice que lo odia.
Algunas veces, los capullos se abren por más tiempo, como cuando el niño se
interesa en los animales y con el apoyo de los padres, ese interés se convierte
en parte de su vida, con terrarium peces, perros o gatos. Ese capullo puede que
se cierre en la adolescencia o más tarde. Algunos otros, sin embargo,
permanecen abiertos toda la vida.
Tilly,
de segundo grado, vino a casa diciendo que contribuiría al periódico de la
clase. Los padres de Tilly, Ed y Stacie, estaban emocionados porque Tilly llevó
a casa una pequeña composición que para ellos era como si fuera una historia de
Faulkner o Hemingway. Sin presionar a Tilly y sin hacer demasiado alboroto,
pegaron la composición en el refrigerador, donde pudieran admirarla. Tilly
percibió la emoción de sus padres y su interés, de manera que, cuando el
maestro preguntó que quién quería ser el editor del periódico, Tilly se ofreció
y sus compañeros la eligieron como editora.
Cuando
Tilly regresó a casa, más orgullosa que un pavo real por haber sido elegida
como editora, Ed y Stacie estaban emocionados por su éxito, pero en especial
estaban emocionados por la felicidad de su hija. Ed y Stacie observaron una
chispa en los ojos de Tilly cuando ella hablaba acerca de escribir, su emoción
por conseguir historias de sus amigos y conjuntarlas, y su orgullo en ayudar a
producir este pequeño periódico de la clase. Ellos querían nutrir y apoyar el
interés de Tilly en esta actividad y alimentarla.
Cuando
Tilly llevó a casa el primer ejemplar, Stacie le preguntó si ahora que era
editora no le gustaría ir a la biblioteca y consultar algunos libros sobre
periódicos. Stacie no la presionó o empujó, sólo le preguntó si eso le
interesaría. La idea entusiasmó a Tilly, así que Stacie la llevó a la
biblioteca. Encontraron algunos libros, de los cuales algunos Tilly leyó por sí
misma y otros los leyeron juntas. El entusiasmo e interés de Tilly aumentaron.
A
medida que el año prosiguió, Tilly mantuvo su interés en los periódicos,
ensayando diferentes maneras para el periódico de la clase. Más adelante, Ed le
dijo a Tilly que pensaba que si ella quería, podría arreglar una visita al
periódico local para que ella viera cómo se elaboraba. Tilly no lo podía creer
y pasaron un sábado en el periódico local. Examinaron las grandes prensas y
rollos de papel, estuvieron en unos de los cuartos de control y visitaron el
cuarto de noticias. Todo mundo era amable con Tilly y ella tuvo una gran
experiencia y se sintió apoyada y apreciada. Ed mencionó que Tilly era la
editora del periódico de su escuela y que le emocionaba escribir y la gente del
periódico aplaudió su interés.
El
capullo que Ed y Stacie alimentaron no fue el éxito de Tilly. Fue su entusiasmo
y el amor en escribir y el poner esos y otros escritos juntos para que otros
los leyeran. Lo que Ed y Stacie apoyaron fue más que el amor de Tilly por la
escritura. Ellos apoyaron su ser. En Tilly, ese capullo permaneció toda la
vida. Después de la universidad, ella eligió expresar ese capullo
convirtiéndose en escritora.
La
teoría del capullo nos enseña a respetar y nutrir todos los capullos que se
abran no importando cuánto tiempo duren. Alimentemos a la pequeña niña que
quiere bailar, andar a caballo o colectar animales. Alimentemos al niño pequeño
que quiere jugar béisbol y unos años después, decide que ya no le gusta. Respetamos
su decisión y no lo castigamos, porque un capullo que se cierra no es un asunto
de abandono. Nutrimos todas las cualidades de nuestros hijos porque no sabemos
cuáles se convertirán en las varillas de acero que verdaderamente serán
apreciados y valiosos en nuestros niños.
Recuerde
que lo que estoy discutiendo aquí no son meramente los éxitos de sus hijos sino
los aspectos de su ser.
- La creatividad y entusiasmo de Tilly.
- La ternura y el amor de Sara por los animales.
- El interés de Justine por sus amigos y el salirse de su camino para ayudarles.
- La habilidad de Melisa de reflexionar sobre los problemas y proponer soluciones interesantes.
- La bravura y coraje de Juan, y con límites firmes en un ambiente seguro, su ausencia de temor para aceptar nuevos retos.
- La lealtad de Ariel y su deseo de ayudar a la gente en sus dificultades.
Referencia Bibliográfica
Shub N. (2014). La autoestima en el enfoque Gestalt, Xalapa: CEIG Editorial.
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