¿Alguna vez te has puesto a pensar si esos defectos que ves en los amigos, en los padres, en tu pareja, son realmente tan malos y si las cualidades que reconoces en ti o en los demás son de veras tan buenos? ¿Cómo sabemos qué tan bueno es lo bueno y qué tan malo es lo malo? ¿Es bueno para quién y malo para quién? Las personas que son muy ordenadas en sus cosas, con frecuencia se enojan y molestan con los que no siguen su orden, y tienen dificultades para disfrutar en ambientes con desorden. Ser ordenado, entonces, puede ser bueno para ellas en unas circunstancias y malo en otras y puede llegar a ser molesto o pésimo para los que están a su alrededor. Resulta, que hay algo de malo en lo bueno. Cuando las “cualidades” se exageran pueden limitarnos o lastimar a los demás. ¿Habrá también algo de bueno en lo malo? Podemos pensar que fulano tiene el defecto de ser gritón, pero ser gritón es muy útil para exigir lo que nos corresponde y evitar ...