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Evaluar su propio estilo para educar a sus hijos. Por qué es tan difícil ser padres. (Parte II)

“En ese caso le ruego que me lo diga.” El doctor Douglas continúa: “Como usted probablemente sabe, diferentes personas suelen valorar el mismo suceso de distinta forma. Por ejemplo, tomemos lo que ustedes acaban de decir. Cuando Lindsey llega unos minutos tarde, Sally no se preocupa demasiado. Usted, por el contrario, de inmediato teme que haya sucedido algo terrible. En realidad ninguno de los dos sabe por qué Lindsey se ha demorado, pero ambos tienen posiciones muy diferentes. ¿Por qué?”

Sally responde: “Supongo que es porque yo confío más en ella. Pienso que puede ser…”

Kenneth la interrumpe levantando la voz: “Dios mío Sally, no tienes idea lo que son los chicos de hoy en día. ¿Ya has olvidado lo que ella hizo en aquel baile?”.

El doctor Douglas hace un movimiento con sus manos pidiendo tiempo muerto. “Un momento. Ambos tienen razón y es perfectamente comprensible que los dos vean las cosas de diferente modo. Precisamente de eso se trata. Voy a explicarles de qué forma nuestro cerebro da sentido a las cosas. Lo que nosotros denominamos “esquema” describe la forma en que aprendimos a observar las cosas. Sé que el término suena a jerga psicológica, Kenneth, pero permítame explicarle algo más.”

Kenneth le pregunta: “¿No es como un dibujo esquemático que nos ofrece un esbozo, un plan, o una perspectiva de algo?”.

“Exactamente, Kenneth. Pero a diferencia de un dibujo esquemático, los esquemas suponen una forma organizada de pensar sobre nosotros mismos y sobre el mundo. En un sentido son como creencias muy arraigadas, pero son mucho más que meras creencias. Tomemos el ejemplo de Kenneth, a quien durante su infancia constantemente le quitaban el felpudo de debajo de los pies. Así es como usted aprendió a desconfiar del mundo. Cualquier persona que haya tenido una infancia como la suya probablemente ha desarrollado un esquema de Desconfianza. Pues bien, cuando pasa algo que implica la oportunidad más remota de peligro, su esquema de Desconfianza se dispara haciendo sonar una penetrante alarma que le resulta imposible ignorar. Por eso se preocupa tanto por sus hijos. Sally por el contrario, creció en una familia que era más fiel a sus promesas que la suya. Por tanto, ella no aprendió a preocuparse tanto como se preocupa usted.”

“Oh, ya comprendo. Este es el momento de culpar a Kenneth. Todo estaba arreglado. Sally me convence de venir a una terapia para solucionar nuestros problemas familiares y me convierto en el chivo emisario.”

“Kenneth, no se trata de culpar a nadie. Sólo quiero que escuche esto: también Sally actúa según un esquema que se interpone en la imagen de madre que ella desearía alcanzar. Nadie pide tener un esquema; simplemente los desarrollamos. Los esquemas tienen sentido durante la infancia (la etapa de la vida en que la mayoría de ellos se constituye), pero cuando somos adultos el mundo es muy diferente a cuando éramos niños. Sin embargo, seguimos mirando el mundo a través de los mismos esquemas. El problema es que resulta necesario actualizar la receta, pero no somos capaces de hacerlo hasta que identificamos nuestros esquemas y nos damos cuenta de que estamos mirando a través de unas lentes que distorsionan.”

Al final de esta entrevista, el doctor Douglas afirma: “Ahora que saben algo más acerca de los esquemas, debemos ocuparnos de analizar cuáles son los que interfieren con su papel de padres. Les daré un cuestionario para que rellenen en casa y lo traigan la próxima sesión. ¿Están de acuerdo?”.

Kenneth responde con una actitud menos defensiva: “¿Por qué no? Creo que puede ser interesante. Y además no nos hará ningún daño”.

Sally, aliviada por la respuesta de Kenneth, agradece al doctor antes de marcharse y guarda su cuestionario en un bolso repleto de objetos.

Referencia bibliográfica.

Elliot, C y Smith, L. (2001). ¿Por qué no podemos ser los padres que deseamos ser? España: EDAF

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