
Todos tenemos un anhelo interior que nos convoca a
responder con una clase de contacto que afirme nuestro potencial de individuos
en desarrollo. El idioma de los abrazos alimenta el espíritu.
Un abrazo crea un círculo de compasión que favorece el desarrollo y la curación, además de curar y alimentar el corazón vacío.
Dado que nos movemos en un mundo de muchos idiomas, sólo el idioma no verbal del contacto y de los abrazos carece de todo límite. Como vivimos en una época de lógica y de tecnología, vamos perdiendo conciencia de nuestros sentidos. Cuando nos tocamos y nos abrazamos con espíritu compasivo, llevamos vida a nuestros sentidos y reafirmamos la confianza en nuestros propios sentimientos.
Dilo con abrazos y darás énfasis al mensaje. Podemos decir en voz alta: “No dejes de avisarme si puedo ayudarte de alguna manera. Un abrazo agregará: ¡Y lo digo de verdad!
Podemos decir en voz alta “Me caes bien.” Un abrazo
agregará: me interesas profundamente. En realidad, te amo muchísimo.
¡Pon los signos de expresión con un abrazo!
Cuando las palabras son incomodas o difíciles de decir, dilo con abrazos. A veces hallamos las palabras adecuadas, pero nos resulta muy difícil pronunciarlas en voz alta, sobre todo si somos tímidos o si los sentimientos nos abruman. En tales ocasiones podemos contar con el idioma de los abrazos.
Un abrazo puede decir cosas como:
Puedes contar conmigo en cualquier momento.
Créeme: comprendo lo que sientes.
Por favor, compartamos mi alegría.
Permíteme participar de tu tristeza.
Hasta las palabras más comunes, como “hola” y “adiós”, son a veces muy difíciles de decir.
Cuando las palabras no pueden expresar algo, dilo
con abrazos.
Aunque al buscar nuestros propios sentimientos más
profundos hablemos con la sinceridad más auténtica, las palabras tienen un
alcance limitado. Un abrazo de corazón con frecuencia carece de traducción
verbal.
Cuando nos permitimos alcanzar un sereno sitio de conciencia interior, el mensaje de vitalidad, ánimo y amor que todos llevamos en nosotros suele sentirse, dar y recibir en un sitio que está más allá del idioma. Reducir a palabras esta experiencia, ya sea mentalmente o en voz alta, puede restar importancia a un mensaje muy profundo.
Además de utilizar el magnífico don del lenguaje,
también debemos respetar la sabiduría intuitiva y sin palabras y escuchar con
el corazón. Es así como percibiremos el significado más profundo del misterio
al que llamamos amor.
Referencia bibliográfica
Keating K. (1987). Abrazame 2. Argentina: Javier Vergara Editor.
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