Ser padres es una de las vivencias más profundas que uno puede experimentar, pero al mismo tiempo también una de las más difíciles y confrontantes.
Ciertamente nadie nos enseña cómo ser padres. Esto se aprende básicamente de dos maneras: la primera es observando a nuestros propios padres. La segunda forma de aprender a ser padres, es cuando meditamos sobre lo que hacemos actualmente, y buscamos nuevas formas de hacer y ser, ya sea observando a otros padres con los que se convive, o bien por medio de pláticas, lecturas o con psicoterapia.
Cuando se tiene un hijo, los padres echan a andar todas sus herramientas aprendidas o adquiridas, y siempre intentan hacerlo lo mejor posible. Sin embargo las cosas no siempre salen como uno quisiera. En no pocas ocasiones el niño reacciona en forma opuesta a lo que se espera: desobedece, es rebelde, travieso, sale mal en la escuela, es agresivo, etc. Ante estas circunstancias los padres se encuentran desarmados, sus estrategias normales ya no les funcionan. A veces se atoran haciendo una y otra vez lo mismo, y en vez de mejorar las cosas, estas van empeorando.
Los padres sienten que el niño está mal, que “él tiene un problema”, y cuesta mucho trabajo poder tomar la distancia necesaria para ver que lo que se ha intentando una y otra vez no está funcionando.
Finalmente, muchos padres recurren a un proceso de psicoterapia infantil, y aquí es donde surge la pregunta: ¿para quién es la psicoterapia?. Tradicionalmente en la psicoterapia infantil, esta intervención estaba reservada para el “niño problema”. Los padres asistían a una entrevista, daban los datos y el terapeuta era el encargado de “arreglar” al niño.
Sin embargo esto ha cambiado. Llevamos mucho tiempo diciendo que el problema no está solamente en el niño, sino también en los padres, o más bien en la relación, pero aún así, se trataba solamente al niño.
En la actualidad la psicoterapia infantil incluye a los padres. Partimos de la premisa de que no es que sean malos, que no quieren dañar a su hijo, simplemente que hay habilidades parentales que no tienen. Por esta razón la psicoterapia va dirigida a ambos: en especial en los padres el objetivo es ayudar a desarrollar esas habilidades, esas estrategias parentales de las cuales se carece, de manera que en el futuro puedan seguir adelante, desempeñando su papel de padres de mejor forma, básicamente aprendiendo a relacionarse con su hijo de una forma diferente, más afectiva y más efectiva.
Dra. Guadalupe Amescua Villela
Centro de Estudios e Investigación Guestálticos
Directora
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