Cuando lo contrataron en la cantera, Gustavo se entrevistó con su patrón, quien le dijo: “Quiero que cortes veinte bloques de piedra al día; su tamaño deberá ser de un pie de lado por dos pies de altura. Todos los días vendrá un camión a recogerlos.” “Muy bien”, dijo Gustavo, y se puso manos a la obra.
Algunos días más tarde, Christian fue seleccionado para trabajar en una cantera vecina. Su superior lo recibió diciéndole:”Tu trabajo consistirá en cortar bloques de piedra de un pie de lado y dos pies de alto. Todas las tardes vendrá un camión para llevarlos a la obra en la catedral donde tus bloques van a ser utilizados.”
Pasó un año y Gustavo cortaba todos los días sus veinte bloques diarios, mientras Christian cortaba entre veinte y treinta, según el estado de la piedra.
Después de un tiempo, se encontraron sin conocerse en la barra de un restaurante de los alrededores. El camarero, que había entablado conversación con ellos, les preguntó a qué se dedicaban..
Gustavo respondió: “Soy cortador de piedras.” Cuando Christian, a su vez tomó la palabra, dijo: “Yo estoy construyendo una catedral.”
Y tú, ¿cómo te ves en tu trabajo? ¿Cómo cortador de piedras o como constructor?
Tomado de: Michel Dufour. 2003. Cuentos para crecer y curar. Ed Sirio
Mtra. Leny Cortés Aguilar. Docente e Investigadora del CESIGUE y facilitadora del “Grupo Terapéutico Mujer es… “ que se reúne cada lunes a las 7:30 pm en el CESIGUE
Comentarios
Publicar un comentario