Leny Cortés, CEsIGue
Todo niño y todo adulto tienen derecho a ser tratados con respeto. Todos los días, sin embargo, nuestros hijos asimilan actitudes sociales que en muchos casos no sólo ignoran, sino fomentan la cruealdad. Si uno pone atención, la violencia es cotidiana en periódicos, televisión, películas, videojuegos, al ir manejando por la calle, etc. Lo triste es que día a día nos vamos poco a poco acostumbrando, al grado que para algunos es incluso difícil percatarse de la misma a menos que sean actos muy extremos. Nos estamos desensibilizando.
Es importante darte cuenta que en general, “el abusador no nace, se hace”, y que la familia es un lugar donde estas conductas son aprendidas. A veces las conductas familiares agresivas son permitidas entre los miembros, como un patrón de relación. Así, estas conductas arraigadas favorecen, tal vez sin que nos hayamos percatado, comportamientos abusivos en el menor. Hay que apuntar que en muchas familias a pesar de funcionar bien y ser felices, se hallan en el caso de tener que ayudar al hijo para que supere una pauta de conductas agresivas.
Algunos signos, que deben tomarse en cuenta que indican tendencias abusivas en el niño/joven:
• Habla despectivamente de otras personas
• No le importa lastimar sentimientos ajenos
• Desacato a la autoridad
• Fascinación por ideologías neonazis o racistas
• Falta de respeto al sexo opuesto
• Hace bromas sobre agresiones contra las mujeres
• Le gusta pelear
• Cree que todo mundo está obligado a seguirle la corriente
• No tolera equivocarse
• Miente con frecuencia para salvarse de apuros
• Maltrata intencionalmente a las mascotas u otros animales
• No confía en las demás personas
• No confiesa nunca si ha tenido o tiene miedo
• Se enoja con facilidad o finge accesos de cólera para salirse con la suya
• Se cree superior a los demás niños
Cuanta más violencia ve y oye un niño, más se desensibiliza. Para los niños es muy pernicioso presenciar los intercambios de insultos entre sus padres, quienes a veces ni siquiera se dan cuenta de la violencia de su interacción. Así como éste, hay otros ejemplos de violencia doméstica tolerados como:
• Poner a los niños u otros miembros de la familia motes ofensivos como “tontito” o “gordinflón”
• Empujarse, agarrarse, dar bofetones o cualquier otro tipo de contacto físico agresivo en momentos de cólera
• Usar calificativos insultantes o intolerantes contra otros
• Criticar la capacidad del niño con comentarios como “no sirves para nada”, “te crees demasiado listo” o “eres un torpe”
No es necesario que las familias sean perfectas, ni siquiera que estén intactas, para prevenir comportamientos abusivos por parte de los hijos. Sin embargo sí hay algunos puntos que como padres pueden considerar, como evitar los agravios mutuos en presencia de los hijos. Los niños necesitan la sensación de que el hogar es un refugio seguro. También necesitan saber que no son responsables de sus padres. Los niños necesitan supervisión de un adulto responsable. Los padres y cuidadores de los niños que abusan suelen utilizar castigo físico de manera frecuente; este tipo de disciplina corporal les enseña que la agresión física es la manera normal de resolver conflictos y que el más fuerte es el que se impone. Otro factor importante es la disciplina incoherente, en donde la fuerza del castigo va a depender del estado de quien lo ejerce; así, una misma transgresión puede pasar desapercibida un día y al otro ser severamente castigada porque papá o mamá tuvieron un mal día.
Cuando un niño se muestra agresivo con los demás, los padres deben considerar que tienen un rol vital para contribuir a cambiar algo más que el comportamiento inmediato de su hijo: está en juego todo su porvenir en la vida. No hay que olvidarnos que más que a través de los discursos, los niños aprenden por la experiencia, por lo que observan en la práctica, en el comportamiento de sus padres y/o cuidadores. Los padres son los principales maestros que ellos tendrán en sus vidas.
Tomado de: Voors,W. 2005. Bullying El acoso escolar. Barcelona: Ediciones Oniro. Comentarios: investigación@cesigue.edu.mx
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