Sergio Bojalil Parra
La codependencia es un proceso que está presente en todos los niveles de las relaciones humanas. Es una manifestación de las relaciones enfermas que hoy en día parecen ser promovidas por quienes consideran que el desarrollo humano es un elemento que estorba los afanes del poder total. El elemento que define a la codependencia es la conformación de relaciones entre controladores manipuladores, sumisos sin identidad propia y altruistas, justificando los errores ajenos. La codependencia puede ser observada en los procesos educativos, sociales y políticos a niveles nacionales como internacionales.
La codependencia en la educación se establece cuando la práctica educativa no está orientada a promover el pleno desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes para que los estudiantes sean capaces de solucionar problemas, cubrir necesidades y dar sentido a su vida. Por el contrario el proceso de la educación codependiente establece relaciones entre estudiantes sumisos, docentes controladores y algún otro personaje que tiende a justificar el estatus. En esta dinámica el estudiante aprende que su valor depende de la opinión de los maestros y no en la adquisición de cualidades personales. Cuando ésto ocurre la autonomía, la creatividad y la autoestima están seriamente afectadas. En la vida adulta la codependencia se refleja en una pobre calidad en las relaciones interpersonales y en pocas o nulas aportaciones al mejoramiento de los procesos productivos, a la creación de conocimiento, al desarrollo de tecnologías y a la solución de problemas sociales o ambientales.
Ser egresado de la educación codependiente se refleja en los adultos en edad productiva y reproductiva cuando no logran expresarse de manera genuina y pasan la vida buscando mantener una imagen que consideran es socialmente aceptable y reflejan un sentido del éxito impuesto desde fuera. Si bien la codependencia puede ser observada en actitudes orientadas para cumplir con las imágenes y formas que el estatus impone, también se manifiesta, en sentido contrario, por la indiferencia que en la práctica lleva a comportamientos de evasión, omisión o negligencia. En este nivel, también se reproducen los comportamientos de control, sumisión y justificación.
Una de las características de los líderes políticos codependientes dominantes es que no confían en los otros líderes políticos a los que tratan de influir. Esto lo demuestran con comportamientos persecutorios, utilizando amenazas basadas en el poder económico superior, realizando actos de control e imponiendo directrices al comportamiento de otros líderes y de pueblos enteros.
La actitud del líder codependiente controlador aparenta tener un objetivo de bienestar común, sin embargo, sus motivaciones están orientadas por el miedo, la desconfianza, incluso la mentira conciente. Hemos observado cómo en el inicio de este segundo milenio, las relaciones internacionales están plagadas de ideologías codependientes: "El que no está conmigo está contra mí". La política de la codependencia tiene sus raíces y sus columnas en la manipulación. Busca relaciones internacionales en donde la racionalidad estorba: es necesario que todas las voluntades se acomoden a los objetivos del gran codependiente controlador.
Por el contrario los líderes políticos codependientes sumisos y los justificadores necesitan desesperadamente la aprobación de la “gran economía" y por ello buscan complacerla a toda costa. Muchas personas cuyos valores están basados en la actitud y economía codependiente han manifestado gran ansiedad cuando han tenido que tomar decisiones por temor a quedar mal con el “gran jefe”.
En todas sus formas y niveles la codependencia tiene carácter de adicción y es una puerta abierta a que las personas que la sufren incorporen otros comportamientos adictivos tales como el alcoholismo, la drogadicción, las relaciones destructivas, el comer compulsivamente, así como hacerse adicto al trabajo, al consumismo, a la falta de responsabilidad, etcétera. Los procesos educativos codependientes pueden ser generadores de comportamientos adictivos ya sean de carácter controlador, sumiso o altruista, pues todos ellos se caracterizan por una construcción del “yo” ubicado fuera de la persona y la búsqueda insaciable del reconocimiento externo a expensas de la autoestima, el autocontrol, la creatividad y la satisfacción personal.
Ante la educación para la codependencia, los sectores sanos de las sociedades nacionales e internacionales construyen y defienden procesos educativos para la autonomía, la creatividad, el respeto y la autodeterminación y así promueven una sociedad global en la cual la libertad, la democracia, la participación y la responsabilidad definan las relaciones humanas.
http//bibliotecadigital.conevyt.org.mx/servicios/hemeroteca/reencuentro/no37/index.html
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