Anne Trafton, MIT News Office
“Al interrumpir la actividad mental en una región en particular, los neurocientíficos pueden hacer variar los puntos de vista de las personas en situaciones morales.”
Para hacer juicios morales acerca de otras personas, a menudo necesitamos inferir sus intenciones – una habilidad conocida como “teoría de la mente”. Por ejemplo: si un cazador le dispara a otro en una cacería, necesitamos saber que estaba pensando el cazador: ¿Estaba celoso secretamente o confundió a su compañero con un animal?
Los neurocientíficos de MIT ahora han demostrado que pueden influenciar esos juicios interfiriendo con la actividad en una región específica del cerebro – un descubrimiento que ayuda a revelar como construye la moralidad el cerebro.
Estudios anteriores han mostrado que una región del cerebro conocida como la “unión temporal parietal (TPJ por sus siglas en inglés) se activa de manera importante cuando pensamos acerca de las intenciones, pensamientos y creencias de otras personas. En el estudio reciente, los investigadores interrumpieron la actividad en el TPJ derecho induciendo una corriente en el cerebro usando un campo magnético aplicado al cráneo. Encontraron que la habilidad del sujeto para hacer juicios morales que requieren la comprensión de las intenciones de otras personas – por ejemplo: un intento de homicidio fracasado – se dañaba.
Los investigadores, dirigidos por Rebecca Saxe, profesora asistente del cerebro y ciencias cognitivas de MIT, reportan sus descubrimientos en “Proceedings of the National Academy of Sciences” de la semana del 29 de marzo. Los fondos para la investigación fueron aportados por el National Center for Research Resources, el MIND Institute, el Athinoula A. Martinos Center for Biomedical Imaging, la Simons Foundation y la David and Lucille Packard Foundation.
El estudio ofrece “evidencia sorprendente” de que la TPJ derecha, localizada en la superficie del cerebro arriba y detrás de la oreja derecha, es crítica para hacer juicios morales, dice Liane Young, la principal autora del documento. También es sorprendente, ya que bajo circunstancias normales la gente confía mucho y es consistente en este tipo de juicios morales, dice Young, una asociada posdoctoral en el Departamento del Cerebro y Ciencias Cognitivas de MIT.
“Piensas que la moralidad es realmente una conducta de alto nivel”, dice. “Poder aplicar un campo magnético a una región específica del cerebro y cambiar los juicios morales de las personas es realmente asombroso.”
Pensar en otros.
Saxe identificó por primera vez el papel de la TPJ derecha en la teoría de la mente hace una década – un descubrimiento que fue el tema de su tesis doctoral en MIT en 2003. Desde entonces, ha usado las imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para demostrar que la TPJ derecha está activa cuando se le pide a la gente hacer juicios morales que requieren pensar en las intenciones de la otra persona.
En el nuevo estudio, los investigadores querían ir más allá de los experimentos de fMRI para observar que sucedería si realmente podían interrumpir la actividad en la TPJ derecha. Su éxito marca un avance importante en el campo de la neurociencia de la moral, dice Walter Sinnott-Armstrong, profesor de filosofía en Duke University.
“Estudios recientes de juicios morales con fMRI encuentran correlaciones fascinantes, pero Yopung et al introducen una nueva era al ir más allá de la correlación con la causación,” dice Sinnott-Armstrong, que no participó en esta investigación.
Los investigadores usaron una técnica no invasiva conocida como estimulación magnética transcraneal (TMS) para interferir selectivamente con la actividad cerebral en la TPJ derecha. Un campo magnético aplicado a una pequeña área del cerebro crea corrientes eléctricas débiles que impiden la habilidad de las células cerebrales cercanas para dispararse normalmente, pero el efecto es solamente temporal.
En un experimento, se expuso a los voluntarios a TMS por 25 minutos antes de hacerles un examen en el que se les leían una serie de escenarios y hacían juicios morales de los personajes en una escala de uno (totalmente prohibido) a siete (absolutamente permisible).
En un segundo experimento, se aplico TMS en ráfagas de 500 milisegundos en el momento en el que se le pedía al sujeto hacer un juicio moral. Por ejemplo; se les pedía a los sujetos juzgar que tan permisible es para un hombre dejar que su novia camine por un puente que él sabe que no es seguro, incluso si ella termina cruzándolo con seguridad. En esos casos, un juicio basado únicamente en el resultado considerará al perpetrador como sin culpa moral, aunque parece que tenía intenciones de causar daño.
En ambos experimentos, los investigadores encontraron que cuando se afectaba la TPJ derecha, era más probable que los sujetos juzgaran intentos fracasados para causar daño como permisibles moralmente. Por lo tanto, los investigadores creen que la TMS interfirió con la habilidad de los sujetos para interpretar las intenciones de otros, forzándolos a depender más en la información del resultado para hacer su juicio.
“No reversa por completo los juicios morales de las personas, solo los predispone,” dice Saxe.
Cuando los sujetos recibieron TMS en una región cerebral cercana a la TPJ derecha, sus juicios fueron casi idénticos a los de las personas que no recibieron TMS para nada.
Mientras que comprender las intenciones de las otras personas es crítico para juzgarlas, es sólo una pieza del rompecabezas. También tomamos en cuenta los deseos de las personas, su historia anterior y cualquier limitación externa, guiados por nuestros propios conceptos de lealtad, justicia e integridad”, dice Saxe.
“Nuestros juicios morales no son el resultado de un sólo proceso, aunque parecen una sola cosa uniforme”, dice. “Realmente es una mescolanza de juicios conflictivos que compiten, todos ellos se revuelven en lo que llamamos juicio moral”.
El laboratorio de Saxe ahora está estudiando el papel de la teoría de la mente para juzgar situaciones en las que el daño intentado no es una amenaza física. Los investigadores también están haciendo un estudio en el papel de la TPJ derecha en gente que tienen o no tienen suerte moralmente. Por ejemplo, un automovilista borracho que atropella y mata a un peatón no tiene suerte, comparado con un automovilista igualmente borracho que llega a casa sano y salvo, pero el automovilista homicida sin suerte tiende a ser juzgado como más culpable moralmente.
Fuente: http://web.mit.edu/newsoffice
Traducción: Alfredo Amescua V.
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