Mtro. Enrique Magaña Olán
Coordinador CEsIGue, Villahermosa
Trabajo como terapeuta, para desempeñar este quehacer han pasado varios momentos: primero, me capacito de manera continua aprendiendo nuevos conceptos, modelos y teorías que dan en buena medida un sostén fundamental a esta labor, por otro lado se encuentra mi propio proceso, con él miro del continuo partes de mi vida (en el pasado, presente y futuro) que se revelan ante mi trayendo al mismo tiempo aprendizajes sobre mi persona.
Existe también un elemento importante, que es la práctica continua, en ella se mezclan los momentos arriba señalados de forma tal que al percibir como se acomodan me asombran.
Son las historias de estos pacientes que conducen a investigar a compartir con otros compañeros que como yo estamos dedicados al trabajo de las emociones.
Hace poco pude darme cuenta de una situación de la cual hoy quiero escribir, comienza como algo sencillo y, como otras tantas situaciones, en la medida que se dirige la atención a ello se puede profundizar.
Una mujer me comenta que vivió un episodio de infidelidad de parte de su esposo, entonces ella con frecuencia vive la angustia de que el episodio se repita, - mientras me lo comenta estoy pensando desde dónde puedo abordar este trabajo, dado los elementos de lo que la paciente me dice – agrega que se siente apenada por lo que a continuación me dirá, y es lo siguiente:
P: En esta semana mi esposo dejó su equipo celular en el buró de la cama, mientras él entra al baño a cepillarse los dientes yo veo el celular y pienso en la oportunidad de descubrir nuevas relaciones de mi esposo, entonces lo tomo y reviso los mensajes que ha recibido, los que ha enviado, las llamadas y todos los archivos, siento nervios, algo dentro de mi me dice que eso no está bien, otra parte me invita a realizarlo, es una lucha ahora, mismo que le platico me siento avergonzada de ello, a su regreso le hago saber lo que ha pasado y esto desata una discusión.
Desde luego existe más contenido que hoy no transcribiré, como escribí líneas arriba mientras ella me platica, estoy conectando mentalmente, busco separar proceso vs contenido, junto la teoría, las metodologías, la práctica.
Es claro también que aquí solo escribo el fragmento de una sesión y que ha habido previas y que existen posteriores, más en el aquí y ahora, se dibuja en el trabajo próximo la lucha de la Bruja, pienso de igual manera en el rasgo del carácter, Respeto, así como en los límites.
Cuando escribo las presentes líneas vienen a mi mente otras tantas consideraciones, incluyendo el orden mental de mis ideas, pero ante todo la capacidad que pueda tener o no para no precipitarme al tratar de dar solución inmediata a la problemática y no perderme en la figura y centrar más mi atención en el problema general; quisiera no perderme y centrar la atención en la idea que al final se puede producir y que muestre en buena media dos situaciones, una la historia de este proceso y segundo cómo armonizar el quehacer terapéutico.
Con los elementos vertidos por el discurso de mi paciente, comienzo generando un clima que le ayude a disminuir su ansiedad, su vergüenza, sin dejar de lado la responsabilidad que le corresponde, le pido que de a poco me informe sobre su estado actual; cómo se va sintiendo mientras me platica lo anterior, que piensa de ella misma, y los supuestos que a su mente vienen de cómo es vista ella por su esposo, desde luego insisto en cómo mira ella misma el acto de revisar el teléfono, comparto con ella mi impresión, y acordamos entonces la manera de qué es lo que haremos para esta sesión, se inyectan de igual manera elementos de las sesiones anteriores; con el diagnostico inicial, con los movimientos que este ha tenido y desde luego esta lucha que ella lleva en este momento, yo he comentado a los alumnos en formación que este proceso lo miro como un collar de cuentas en donde las cuentas son cada una de las vivencias que los pacientes traen sesión a sesión, y el hilo conductor que las une es eso lo que hay que buscar cómo las experiencias se conectan (para mí una forma reducida de explicar el principio de figura y fondo).
Quiero señalar de igual manera que a pacientes como ella suelo traducirles a una forma sencilla y práctica los conceptos que miro a lo largo del proceso en acciones concretas que ella realiza (producto salido de la práctica didáctica).
Finalmente decidimos por donde abordar el trabajo y esto es una consideración importante porque veo en ella el convencimiento que tiene sobre la idea de su problemática actual, al mismo tiempo de su situación en general. Hay dos elementos una parte de la neurosis y otra del carácter entonces vamos priorizando el trabajo y poco a poco vamos resolviendo la situación.
Así en este escrito de fondo puedo ver la responsabilidad compartida con mi paciente, la capacidad al realizar una práctica psicoterapéutica debo mantener, la capacidad de mezclar los elementos de la formación, la escucha activa, y cada uno de ellos son elementos que por si mismos forman ya la experiencia de ser terapeuta.
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