G.
Natalia Medina Ortiz
Maestría
en Psicoterapia Gestalt
3er
semestre
CESIGUE,
Xalapa,Ver.
Lowen
nos habla sobre el concepto positivo de la salud, estoy de acuerdo en que somos
criaturas espirituales, que formamos un todo y parte de la creación, que
mantenernos aislados, solos o vacíos de esto nos lleva irremediablemente a
desconectarnos de nuestra espiritualidad.
Yo
misma experimento la vivacidad de la que habla, brillo en los ojos,
espontaneidad, vigor y gracia en los movimientos cuando me siento bien, cuando
mis pensamientos, sensaciones y emociones fluyen sean las que sean, y también
he experimentado todo lo contrario con mis atorones de energía y represiones.
Como
nos muestra Lowen en la cultura occidental vivimos desde hace generaciones y
desde edades muy tempranas la pérdida de la armonía. Nacemos libres, dice Lowen,
como flores que abren sus pétalos al sol matinal, pero poco a poco sufrimos
desde pequeños el tener que ajustar nuestras necesidades para adaptarnos a las
necesidades de nuestros padres.
Me
muevo todos los días en un mundo que busca poder y control y
contradictoriamente te invita a consumir sus placeres afanosamente dando la
imagen de que en ellos se encuentra la anhelada armonía que buscamos… Me agrada
el enfoque de la Bioenergética porque integra las dos perspectivas para juntas
usar la mente y el cuerpo para reencontrar el camino de donde nos perdimos.
Es
triste que en la cultura occidental busquemos más afuera que adentro, que se
entienda la energía de forma mecanicista y aún personas como en mi caso vivamos
ignorantemente sin reconocer que muchas de nuestras enfermedades y dolencias
son producto precisamente de este ignorar nuestro cuerpo o tratarlo como una
máquina.
Ingenua
me percibo cuando me recuerdo haciendo ejercicio una hora o más con el único
fin de “mantener la figura”, y leo a Lowen que describe lo faltos de armonía
que se observan los cuerpos de bailarines y esquiadores profesionales…
Algo
que me llama mucho la atención es en el capítulo 3 cuando habla sobre la
importancia de la respiración. Me doy cuenta que tengo un gran problema de
respiración, quizás si estuviera en terapia con Reich lo escucharía decirme que
no respiro o que moriría asfixiada y quizás sin darme cuenta.
Desde
que estoy en esta clase he estado respirando con más atención de la que he
puesto en muchos años, pero acepto que mis movimientos respiratorios son
superficiales y bien adiestrados para suprimir los sentimientos.
Me
gustaría saber más sobre la filosofía Zen y adoptar algunos principios a mi
vida, pues mi mente consciente, mi ego, nublan y entorpecen en muchas ocasiones
mis actos.
Claro
que esto de matarme lentamente anulando mis sentimientos ha sido todo un
aprendizaje, “aquí y ahora” mientras me encuentro leyendo esto comienzo a sentir
una gran tristeza y mis lágrimas recorren mis mejillas.
Ansío
tanto llorar. Dice Lowen que llorar es nuestro mecanismo primordial para
aflojar la tensión. Me experimento como una persona cuyo anhelo fue aplastado y
al ser aplastado formó sus corazas.
Relaciono
los ejercicios en clase como una forma de empezar a abrir mi interior y
comenzar a hacer contacto con esas emociones contenidas en mi cuerpo, hoy me
doy cuenta de que nunca se fueron, que han estado allí esperando el momento de
salir y ese momento está llegando.
Los
ejercicios que realizamos en clase están actuando como llaves que abren candados
en mi cuerpo, que bajo puerta cerrada escondían mis secretos y sentimientos
ocultos.
La
espiritualidad del cuerpo es la sensación de unión con el universo y hace
tiempo esta sensación está bloqueada. Comprendo ahora por qué a veces no logro
ser empática con mis compañeros. No resueno con otros, por que no resueno
conmigo misma, me sorprendo a mí misma decir continuamente “no siento nada”,
suprimo mi propia sensación de estar viva y al mismo tiempo lo que pudiera
sentir hacia otros.
Reconozco
que en mi proceso individual he trabajado el tema de “Abuso Sexual”
considerable tiempo, pero no lo había hecho desde el cuerpo, hasta que entré a
la maestría. He vivido muchos años con dolores crónicos, que han comenzado a
tener significado: ira, furia, tristeza… y leer esta lectura me está doliendo,
por que me lleva a “reconocer el daño” y a darme cuenta que este proceso me
resulta punzante pero al mismo tiempo necesario para liberar mi espíritu.
Mi
postura humillada comienza a erguirse, deseo verme libre e independiente, sacar
la vergüenza y la culpa, con la certeza de que sobreviví en algún momento de mi
vida, pero es necesario trascender y comenzar a vivir plenamente.
Muchas gracias por la info y el concepto de Espiritualidad. Creo que es muy bueno tenerlo a la mano.
ResponderBorrar