Elidé Bermúdez Betancourt
Coordinación de Programas Educativos
CESIGUE, Xalapa
En los últimos años de mi práctica
como psicoterapeuta infantil, me he dado cuenta que cada vez es más frecuente
que los padres soliciten terapia para sus hijos siendo el motivo de consulta,
´´no obedecen´´, ´´´hacen lo que quieren´´, berrinches´´, ´´les pegan a sus
padres´´ etc.
Fanny Berger (s/f), en su
libro “Padres sin autoridad, hijos sin rumbo”, aborda el tema de la autoridad
de una manera clara y creo que es la causa de que los niños lleguen a terapia
con las conductas antes mencionada.
En la actualidad a muchos
padres les cuesta ejercer su autoridad frente a sus hijos. Y esto se ve
reflejado en las conductas de los niños, no obedeciendo y tratando de hacer lo
que quieren. La autoridad parental
durante el proceso de crecimiento de un niño es de vital importancia para el
presente y el futuro de ese ser humano.
Es interesante iniciar este
escrito, conceptualizando la palabra autoridad
que viene siendo la palabra central. ´´Autoridad (del latin Auctoritas) 1. Poder que gobierna o
ejerce el mando, de hecho o de derecho. 2. Potestad, facultad, legítima. 3.
Prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su
legitimidad o por su calidad o competencia en alguna materia. 4. Persona que
ejerce o posee cualquier clase de autoridad. 5. Solemnidad, aparato. 6. Texto,
expresión o conjunto de expresiones de un libro o escrito, que se cita o alega
en apoyo de lo que se dice´´.
La primera característica,
como puede observarse, es que la autoridad tiene el poder de mandar, y los
otros la obedecen, la tienen en cuenta y la respetan. La autoridad tiene fuerza,
y la transmite.
Desde la sociología es interesante
ver como manejan la autoridad, en su libro “La
formación del pensamiento sociológico”
Robert Nisbet cita al conocido sociólogo Max Weber, quien habla de tres
tipos de ejercicio de la autoridad: la autoridad tradicional, la racional y la
carismática.
´´La autoridad tradicional,
se basa en que las personas que ejercen la autoridad son designadas de acuerdo
a leyes trasmitidas por la tradición. El objeto de obediencia es la autoridad
personal del individuo que la disfruta en virtud de su posición tradicional. La
autoridad tradicional obtiene su legitimidad no de la razón o ley abstracta,
sino de sus raíces en la creencia de que es antigua, de que contiene una
sabiduría inherente a esa condición que va más allá de la razón individual. La
autoridad tradicional es respetada porque las órdenes de los superiores se
justifican en que siempre se funcionó así y se hicieron las cosas´´.
En el caso de la autoridad
carismática, las personas aceptan las órdenes de los superiores sobre todo a
causa de la influencia de la personalidad y del liderazgo del superior con el
cual se identifican. Esta autoridad no puede ser delegada, ni recibida en
herencia.
En la autoridad racional,
los subordinados obedecen las órdenes de los superiores porque están de acuerdo
con un conjunto compartido de normas que consideran legítimo.
En la actualidad, los
padres no tienen una autoridad sustentada en la tradición como la que sí
poseyeron durante largo tiempo. Los jóvenes de hoy en día no valoran la
tradición, no la tienen en cuenta, no la respetan.
Lo nuevo es más apreciado
que lo tradicional porque se cree que todo lo moderno supera a lo anterior.
Además, las generaciones de
estos tiempos no sienten a los adultos como carismáticos y tampoco representan
un ideal que ellos quieran parecerse. A esto hay que sumar que no están de
acuerdo con muchas de las normas que los adultos defienden.
¿Qué les sucede a los
padres de ahora, que están lejos de detentar la misma autoridad que antes
frente a sus hijos? ¿Qué tipo de autoridad tienen los padres actuales sobre sus
hijos? ¿De dónde obtiene hoy la autoridad paternal su poder o fuerza?
Autoridad y
saber
El conocimiento que poseen muchos
padres en la actualidad no es valorado por sus hijos. Los chicos actuales le
dan importancia a lo visual, auditivo, o sea a lo que entra por la vista y el
oído. También jerarquizan lo manual y lo que funciona rápidamente; quieren todo
ya, instantáneo. Ellos saben poner en funcionamiento las distintas máquinas que
los rodean, algo que los adultos no logran sin previas y repetidas lecturas de
las instrucciones. Y aún así, con dificultades. Los padres y abuelos no actúan
con la misma eficacia y velocidad que los jóvenes en esas áreas.
Las supuestas figuras de
autoridad no constituyen fuentes del saber apreciado por los jóvenes actuales.
El saber de la autoridad
parental no es valorado como antes. Veremos que eso trae consecuencias en la
relación con los hijos.
Hace años los chicos
dependían de los padres para adaptarse a la vida diaria. Los necesitaban y
recurrían a ellos. Los adultos controlaban el saber y la vida cotidiana.
Bibliografía.
Berger, F. (s/f)
Padres sin autoridad, hijos sin rumbo.
Edit. Fin de siglo
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