Luz Del Carmen Gerardo Domínguez
Bitácora para la Materia Conducción Grupal II
Maestría en Psicoterapia Gestalt
En
los ensayos que he entregado he hablado de cómo se lleva a cabo el proceso
grupal, además de la importancia de las figuras dentro de este, hoy hablaré
acerca de lo no obvio.
“En psicoterapia es necesario que el terapeuta sea capaz
de ver el todo de la conducta de su paciente, lo verbal y lo no verbal
(fenomenológico), emocional, lo mental, lo físico y lo espiritual” (Castañedo, 1990).
Escuchar lo que Norma mencionó: me siento
enojada hizo que a partir de ahí se abriera una puerta hacia el trabajo con
el grupo, observar la mirada de Noemí y Natalia en donde mostraban su enojo con una mirada y una postura de
inconformidad.
El enojo también estaba en mí y esto me dice mucho de mí,
puesto que me aferré a dejarlo dentro, a no trabajarlo y a trabajar con mi
enojo y con mi exigencia puesto que se me hizo fácil poder dejar a un lado mi
emoción y ver más a mi grupo, aún con todo esto siento que no lo logré,
encontré este pensamiento que me hace recordar ese momento:
“Cuando pienso que ya no pienso en ti sigo pensando en
ti. Quiero intentar ahora no pensar que no pienso en ti” (Castañedo, 1990)
Con referencia a lo anterior me doy cuenta de que estuve
intelectualizando para dejar mi emoción
a un lado, y entonces me pregunto: ¡¿Cómo iba a lograr trabajar con mi grupo si
yo invalidé mi emoción?!”, esto es fuerte para mí. En cuanto al papel que
desempeña el terapeuta, Kepner (1980), señala que: “el rol del terapeuta como
maestro y guía a través de los laberintos de los procesos fenomenológicos
individuales hace necesaria ciertas prioridades. En el trabajo con sujetos, la
pregunta principal para el terapeuta es “cómo puedo proponer mis recursos
disponibles para que yo pueda acrecentar las potencialidades de aprendizaje de
este cliente” y ¿cómo puedo crear una relación que fomente las condiciones
óptimas para el aprendizaje de este cliente?”.
Ante lo anterior me doy cuenta de la importancia de tener
una relación estrecha conmigo misma y así dotar o dar herramientas necesarias
en el grupo, de qué forma iba a trabajar el enojo con mi grupo si yo estaba
cerrada, si no era el momento de trabajar porque estaba enojada, cómo iba a
ayudar a mi grupo a validar su enojo si yo no lo estaba validando, de qué forma
iba a trabajar la sensibilidad si yo no fui sensible conmigo misma y aún
enojada comencé a dirigir, al principio me sentí mal conmigo misma por no poder
lograr contactarme pero ahora comprendo la importancia de equivocarme y que
este error por así llamarlo me de herramientas para mí y así pueda utilizarlas
en algún grupo terapéutico.
Castanedo,
C. (1990) Terapia Guestalt y aplicación a los grupos de encuentro. En Grupos de
encuentro en la terapia Guestalt. Edit. Herder. Págs. 150-72.
Kepner,
E. (1980). Proceso de Grupo. Más allá de
la silla caliente. Enfocada al grupo. The Gestalt Journal Press, Inc. Highland, N.Y. Págs.
13-24.
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