Deepak Chopra
Las palabras pueden decir mucho sobre
el yo real, pero es necesario un encuentro auténtico para comprender qué es. Tu
yo real tiene cualidades que ya está experimentando todos los días:
inteligencia, atención, sincronización, conocimiento. Siempre que una de estas
cualidades entra en juego, estás viviendo más cerca de tu yo real. Por otra
parte, cuando te sientes distraído, perdido, confundido, temeroso, disperso o
atrapado dentro de los límites del ego, no lo estás.
La experiencia oscila entre
estos dos polos; por tanto, una amanera de encontrar tu yo real es alejarte del
polo opuesto cuando notes que estás ahí. Intenta descubrirte en esos momentos y
aléjate de ahí. Elige una experiencia negativa e intensa como las siguientes
(si es posible, elige una recurrente):
·
Enojarte
mientras conduces
·
Discutir
con tu cónyuge
·
Molestarte
con la autoridad en el trabajo
·
Perder
el control con tus hijos
·
Sentirte
burlado en un acuerdo o transacción
·
Sentirte
traicionado por un amigo cercano
Distánciate de la situación
y revive lo que sentiste entonces. Puedes cerrar los ojos y visualizar el auto
que se te atraviesa en el tránsito o al plomero que te pasa una cuenta
desproporcionada. Haz lo necesario para que la situación sea vívida en tu
mente.
Cuando sientas esa punzada
de ira, dolor, recelo, desconfianza o traición, piensa: “Eso es lo que siente
mi ego. Entiendo por qué. Estoy muy acostumbrado a ello. Le seguiré la
corriente mientras dure.” Ahora deja que el sentimiento corra. Enójate todo lo
que tu ego quiera; visualiza fantasías de venganza o autocompasión, o lo que tu
ego considere apropiado. Imagina que te hinchas con tu sentimiento; éste se
extiende desde ti como la onda de choque de una explosión en cámara lenta.
Sigue esta onda tan lejos
como quiera ir; mírala cómo se adelgaza más y más conforme se extiende al
infinito, llenando el universo entero si así lo desea. Respira profundamente si
lo necesitas, con el fin de que la onda
del sentimiento salga de ti y vaya hacia fuera. No establezcas un tiempo
determinado. El sentimiento puede ser tan fuerte que requiera algún tiempo
antes de querer expandirse.
Ahora, conforme ves la onda
desaparecer hacia el infinito, mírate y verifica si está presente alguno de los
siguientes pensamientos:
·
Una
risita, el deseo de reírte de ello.
·
Un
encogimiento de hombros, como si no importara.
·
Una
sensación de calma o paz.
·
Verte
como si estuvieras viendo a otra persona.
·
Un
profundo suspiro de alivio o agotamiento.
·
Un
sentimiento de liberar o dejar ir.
·
Una
comprensión súbita de que la otra persona puede tener razón.
Estos sentimientos
reveladores surgen en nosotros cuando estamos cruzando la frontera invisible
entre el ego y el yo real. Si sigues cualquier emoción lo suficiente, ésta
terminará en silencio. Pero es demasiado pedir llegar tan lejos siempre. El
objetivo es llegar por lo menos a la frontera, la línea donde las necesidades
del ego empiezan a perder su control sobre nosotros.
·
Cuando
ríes, pierdes la necesidad de tomarte tan en serio.
·
Cuando
encoges los hombros, pierdes la necesidad de inflar las cosas
desproporcionadamente.
·
Cuando
te sientes calmado, pierdes la necesidad de sentirte perturbado o montar un
drama.
·
Cuando
puedes verte como si fueras otra persona, pierdes la necesidad de ser el único
que cuenta.
·
Cuando
sientes alivio o agotamiento, pierdes la necesidad de aferrarte al estrés. Esto
también indica una reconexión con tu cuerpo en vez de vivir en tu cabeza.)
·
Cuando
comprendes súbitamente que la otra persona puede tener razón, pierdes la
necesidad de juzgar.
Hay otras señales reveladoras
de que estás dejando el ego atrás. Si caes en el patrón de sentirte fácilmente
ofendido, superior o inferior, querer lo que viene a ti y envidiar lo que otros
obtienen, o imaginar que las personas hablan a tus espaldas, puedes manejar
cada uno de estos sentimientos tal como lo hiciste en los ejemplos previos.
Alivia el sentimiento, permite a tu ego llevarlo tan lejos como quiera, y mira
cómo se expande hasta disolverse en la orilla del infinito.
Este
ejercicio no disipa todos los sentimientos negativos. Su propósito es
proporcionarte un encuentro cercano con tu yo real. Si lo practicas con esa
intención, te sorprenderá cuán fácil será escapar de las emociones que te han
controlado durante años.
Tomado de: Chopra,D. (2005). El libro de los secretos. México:Alamah
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