Psict. Diana Loyo Rodríguez
Maestría
en Psicoterapia Infantil
Especialidad
en terapia de pareja
En la comida se encuentra
lo que sabe dulce, lo salado, lo picoso y algunas veces de mala suerte, se
encuentra lo echado a perder.
Hay quienes se atreven a
combinar sabores, como el agridulce. Suenan opuesto, lo cual hace más curioso
que se puedan combinar.
Eso pasa con la melancolía.
Es la combinación de una
alegría terminada con un recuerdo dosificado.
Es la sensación de haber vivido algo que pareciera ya no ser.
Es un "ya fue" de la mano con un "qué bueno que fue".
En la melancolía encuentras el amarillo y el gris. La risa y el llanto. Y
sentirlos ambos a la vez es retador; es osado; irreverente.
En la melancolía encuentras lo que fue y ya no es; lo que es y no será; algún
deseo abortado, algún sueño apalabrado...algún ideal cambiado.
Por lo tanto. Dichosa o dichoso de sentirla porque querrá decir inevitablemente
que tu corazón y mente se han llenado de buenos momentos, de atesorables
experiencias. No dan melancolía los malos momentos; así que la melancolía es
vestigio de buenos momentos.
¿En qué momento encuentras
tu melancolía?
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