Hace unos meses cuando todo esto
empezó a escucharse y se temía que llegara el día en que todos tuviéremos que
estar en casa, e ir adaptando nuestra vida laboral y social a una nueva forma,
que a la vez se veía tan lejana y poco
probable al menos en mi cabeza, comencé
con la fantasía de tener la oportunidad de estar en mi hogar trabajando
disfrutar con mi esposo, mi hermano y mi perrito, limpiar toda la casa hasta
los rincones más pequeños, cocinar nuevas recetas, terminar algunos libros que
empecé hace años , ejercitarme y la
lista era interminable…
Al pasar los días el ambiente en la
ciudad se notaba distinto, y en Yoloma las tardes estaban tristes y solas, el
día de irse a casa llegó, me sentí muy cuidada y valorada por mi empresa que a
pesar del poco tiempo que llevo y el no pertenecer de manera directa a ella, se
me haya dado la oportunidad de colaborar desde casa, debo admitir que no ha
sido tan fácil como me imagine, desde el encierro, hasta adaptarse a esta nueva
forma de trabajo, organizarme me costó al menos dos semanas y siguen las
mejoras pero cada día me adapto un poco más.
Esta situación me ha llevado a
reflexionar y valorar más, la libertad, respirar el aire de las calles y todos
esos detalles que ya pasan desapercibidos en mi día a día, en esta cuarentena, algunos
días no han sido favorables eh caído en
la desesperación, ansiedad y hasta en depresión, pues adaptarse a nuevas
rutinas, convivencias de 24 horas, nuevos horarios, el poco espacio personal,
trastes interminables de lavar etc. Se vuelve
desgastante, el lado positivo de
esto es el haber vuelto a terapia y el
darme cuenta que puedo buscar ayuda tomar un respiro y continuar.
Esto
hace pensar en volver a salir y valorar más mi vida, mis actividades,
mis espacios y me ha impulsado a tener más claros mis objetivos y metas. Debo
admitir que son más las cosas positivas, el tener la oportunidad de compartir
la comida con mi familia, tener el tiempo de cocinar para ellos, el tiempo con
mi esposo y actividades de casa, pintamos la cocina, la restauramos y fue un
proyecto que me lleno de felicidad el proceso y el resultado, esas platicas por
las tardes interminables, sin duda momentos y recuerdos que se quedarán por
siempre y eso también lo agradezco.
No sé qué pasará con este virus o cómo
será la gente después de él, solo sé que yo quiero sonreír más y disfrutar cada
momento, pelear y criticar menos, este 2020 me ha hecho nudos el corazón, los
primeros días me tenía que despedir de mis abuelitos y hoy estoy en medio de
una pandemia, con un futuro aún más incierto, así que con fé
espero leer esto en algunos años y darme del resultado de este aprendizaje.
Jessica Aguilar
YOLOMA
Muy bello Jessy, gracias por compartir la descripción de este cambio de vida. Desde tus ojos me genera más tranquilidad y por de más, el hermoso sentimiento de gratitud.
ResponderBorrarMuchas gracias por comentar, le mandamos un saludo y esperemos que se encuentre mucho mejor.
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